Una de las características más notables en Jesús era su corazón compasivo: Al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor (Mateo 9:36 RVR60). Las palabras que se utilizan en este pasaje para describir la condición del pueblo pintan un cuadro vívido. «Desamparadas» se traduce a partir del griego «eskulmenvi», y se solía usar para designar un cadáver que resultaba víctima de las aves de rapiña; significa que el pueblo era «esquilmado» por hombres rapaces, vejado por aquellos que carecían de piedad.

La palabra que se traduce por «dispersas» en el original griego es «errimenvi», que significa «estar postrado», y que puede describir tanto al que está postrado a causa de haber bebido demasiado (o de que lo hayan emborrachado para hacer de él cualquier cosa) como al que está postrado después de una pelea, por haber recibido heridas mortales.

Los Evangelios están repletos de ejemplos de las circunstancias que provocaron la compasión de Jesús:

Cuando Jesús miraba las multitudes, las veía postradas, esquilmadas por hombres rapaces, y sentía compasión por ellas. (Cualquier semejanza con lo que hoy vemos en nuestros países y sociedades… ¡es pura coincidencia!) William Barclay, en su comentario al libro de Mateo, hace el siguiente análisis exegético de este pasaje:

La palabra que se usa en el original griego para describir el sentimiento de Jesús es «splagchniszais». Es la palabra griega más fuerte que existe para expresar la piedad que un ser humano puede experimentar por otro. Se deriva del sustantivo «splagchna», que significa «entrañas». Se trata de una compasión entrañable, de ese tipo de piedad que nos conmueve hasta lo más profundo del ser. En los evangelios esta palabra sólo se utiliza, con excepción de algunas parábolas, para hacer referencia a Jesús (Mateo 9:36, 14:14; 15:32; 20:34; Marcos 1:41; Lucas 7:13). Cuando estudiamos esos pasajes podemos darnos cuenta de cuáles eran las cosas que más lo conmovían a Jesús.

Extracto del libro “Raíces”.

Por Félix Ortiz.

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