El punto de partida de la gran transformación de la adolescencia es la pubertad: el proceso de cambios físicos a través del cual el cuerpo de un niño se convierte en el de un adulto, con capacidad para la reproducción. Estos cambios biológicos responden a un proceso hormonal. Según el diccionario Webster, las hormonas son un producto orgánico de células vivas que se transportan a través de los fuidos corporales y producen un efecto específico en la actividad de las células remotas de su punto de origen. La activación hormonal puede, y de hecho a menudo lo hace, producir en el adolescente excitación y cambios emocionales que afecten su conducta. En las chicas puede producir ira y depresión, y en los chicos ira e irritabilidad.

Los estudios parecen demostrar que los «momentos bajos» de estos cambios de humor están asociados al tiempo que los adolescentes pasan con sus amigos, o bien con actividades de ocio que ellos mismos eligen. Por el contrario, los «momentos álgidos» parecen estar asociados con entornos estructurados por los adultos, tales como la iglesia, el trabajo y la escuela.

Crecimiento físico

En la pubertad se produce un crecimiento físico, que se evidencia en el largo de las piernas, el desarrollo del tronco, los hombros y el pecho. También se producen cambios en la composición del cuerpo, como mayor densidad de los huesos y un aumento de peso, debido a la mayor densidad muscular y del aparato respiratorio. En las chicas se percibe un desarrollo de los pechos y caderas, y una mayor proporción de grasa; mientras que los chicos desarrollan hombros más anchos y cuellos más musculosos. En ellos la composición de grasa es menor en la adolescencia, ya que sus pulmones y corazón son mayores y tienen una mayor presión sanguínea, con el resultado de que, por lo general, pueden hacer más ejercicio y tener mayor resistencia que las chicas.

Desarrollo sexual

Junto con el desarrollo físico, también se produce durante la pubertad el desarrollo de los caracteres sexuales. Las características primarias tienen que ver con la capacidad de reproducción. En las chicas, los ovarios producen óvulos, que al madurar viajan hacia las trompas de falopio, y si no hay concepción se produce la menstruación. En los chicos, los testículos producen esperma, la glándula prostática produce semen, y el organismo desarrolla la capacidad de eyacular el semen que contiene el esperma.

Las características sexuales secundarias son las que diferencian a los chicos de las chicas (ver tabla).

Los chicos y chicas precoces en su desarrollo y pubertad tienen la tendencia a adoptar más rápidamente ciertas conductas propias del adulto. Sin embargo, en la adolescencia tardía estas diferencias tienden a desaparecer.

Muchos adolescentes no pueden prever ni entienden los cambios drásticos que se producen en su cuerpo. Tampoco tienen quien los oriente, porque reciben solo la información que los medios de comunicación y sus amigos les transmiten (fuentes de información muchas veces distorsionadas, y otras simplemente equivocadas).

Hace falta que los padres y las personas significativas en la vida de los adolescentes comprendan este proceso de desarrollo y las experiencias y sentimientos que provoca, para poder acompañarlos con sensibilidad y sabiduría.

Extracto del libro “Raíces” .

Por Félix Ortiz.

Lee Para Líderes – El desarrollo Cognitivo del Adolescente

 

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