¿QUÉ PRODUCE QUE UN ADOLESCENTE SEA UNA PERSONA CONFLICTIVA?

Las conductas conflictivas tienen un objetivo funcional, es decir que están por algo y para algo. Es cierto, hay que aclararlo, que estos por y para muy pocas veces son conocidos por los adolescentes. Pero esto no significa que no existan, o que no sean efectivos. Para comprender las causas que producen que un adolescente sea una persona difícil de relacionarse, hay que entender cómo está vivenciando su adolescencia. Por empezar, debemos comprender que muchos adolescentes dirigen su desconcierto y desorden interno hacia afuera, hacia las personas más cercanas y con las que tienen más confianza.

Cuando estaba cursando mis estudios secundarios, tuve que armar un pequeño grupo de estudio para una de las materias. Recuerdo que entre los que estábamos en el grupo había una jovencita muy tímida y callada. Sin embargo, nos llevamos una sorpresa cuando fuimos a su casa a organizar el trabajo para presentar en la clase. Ella nos esperó en la puerta de su casa, y al entrar, su mirada, su postura, su timbre de voz, y su forma de hablar cambiaron dramáticamente. Ella se dirigía a su madre de una manera muy dura. Le gritaba que se apurara, y le daba continuamente órdenes que la madre acataba con total sumisión. Al grupo pareció no importarle semejante cambio, pero yo quedé asombrado de ver cómo una niña tímida e indefensa podía ser tan autoritaria y agresiva justamente con su propia familia.

Esto no es extraño. Muchos padres me comparten que no entienden por qué sus hijos son de una manera en su casa y de otra cuando están con sus amigos. Y es que en su casa, con sus padres, están en un territorio conocido y seguro, donde sienten que son aceptados y amados y que nada puede cambiar esto. En cambio, el afuera es muy distinto. Es un territorio hostil donde tienen que cuidarse de todo. ¿Qué hacen los adolescentes, entonces? Expresan sus temores en el lugar en que creen que estos temores pueden ser sostenidos de una manera efectiva. En otras palabras, un adolescente enfrenta a su madre o a su padre justamente porque sabe que ellos seguirán amándolo a pesar de todo.

Podríamos añadir que necesita hacerlo. No es que desea hacerlo, sino todo lo contrario. ¡Le es necesario! ¿Por qué? Porque esto lo favorece para sentirse equilibrado internamente. Sobre todo cuando no ha podido encontrar de otra manera este equilibrio. Los adolescentes que necesitan enfrentar agresivamente el afuera, es porque no han encontrado otra manera de enfrentar lo que les está sucediendo por dentro. Además, con esta situación el adolescente obtiene una pseudo sensación de poder, de dominio sobre los demás, porque justamente esta reacción le impide ver que los demás lo toleran por amor.

En cierta oportunidad, una adolescente me confesó que odiaba profundamente a su madre, que no soportaba que su madre se le acercara siquiera, y que prefería que ni le dirigiera la palabra. Sin embargo, cuando le pregunté si sabía por qué se sentía así, ella confundida me contestó que no, que no sabía por qué era así con su madre. La verdad, me confesó, era que no había nada que justificara su agresión y sus sentimientos negativos. ¡Esta madre no había hecho nada para que su hija la odiara tanto!

¿Entiendes lo que digo? Hay situaciones en las que el conflicto se presenta sin más justificación que los movimientos y los desconciertos internos propios de la adolescencia. Estos son adolescentes a los que les cuesta ser adolescentes, que no encuentran herramientas para poder enfrentar su adolescencia, y que la única manera de sentirse equilibrados es darle una salida exterior a toda esa frustración que viven en su desarrollo.

¿Qué debería sentir esta jovencita en lugar de estar proyectando sus sentimientos negativos hacia su madre? En lugar del conflicto, debería estar enfrentando un sentimiento de profundo malestar por los cambios que se están dando en su vida, tanto físicos como psíquicos. Solo que ella lo exterioriza de este modo. Y es que el adolecer de un adolescente es justamente eso. Es un dolor interno, es una duda existencial, es un desequilibrio que se siente como imposible de racionalizar y explicar.

¿Qué pasaría si te levantaras una mañana sintiendo como que no eres tú, que algo cambió y que no sabes qué es? Para colmo, no encuentras explicaciones, y solo te dicen que dejes de molestar. Seguramente tendrías dos opciones: una de las opciones sería buscar las respuestas en ti, y la otra sería enojarte. ¡Pero muchos adolescentes sienten que solo pueden enojarse! Estos son los adolescentes «conflictivos», y si no encuentran una manera de que esto sea solo circunstancial, serán eternos hombres y mujeres «complicadas» para los demás.

¿Te has preguntado por qué los adolescentes conflictivos se rodean de ejemplos que empeoran aún más la situación? Escuchan música inaguantable, son maleducados, y se comportan de manera que los demás tienen que estar constantemente marcándoles sus actitudes equivocadas. Esto se debe a que así retroalimentan su percepción, y encuentran fácilmente formas de sentirse justificados en su manera de actuar. La expresión del conflicto por incapacidad interna es justamente esta. Pasar los límites, invadir el espacio del otro, y conseguir con esto una sensación de engrandecimiento del propio espacio.

En resumen, expresar hacia fuera lo que tienen dentro mediante conductas «conflictivas» porque no pueden hacerlo de otra manera, es el por qué. Y el ser conflictivos porque no tienen herramientas para ser de otra manera, logrando sentirse equilibrados al sacarse un malestar interno es el beneficio, es decir el para qué.

Cuando los adolescentes enfrentan a sus padres lo hacen midiendo hasta dónde llega su poder. Un adolescente que esta siempre con una actitud desafiante, lo que logra es sentir que su ser se agranda. Estos chicos y chicas no acatan normas, no respetan la autoridad, y no aceptan consejos, porque se sienten emperadores de los espacios ajenos… ¡Pero esto se debe justamente a que su vida interna esconde una profunda pobreza de herramientas para enfrentar sus propios temores!

Y la situación puede empeorar más aún. Este tipo de problemas se presentan cuando no existe ningún lugar de seguridad y tolerancia donde el adolescente pueda sentirse sostenido. En estos casos, solo queda uno mismo… y estos son los casos en que los adolescentes se autocastigan, se autolesionan o se autoboicotean. Por el contrario, cuando sienten que pueden gritar y enojarse con aquellos que seguirán estando incondicionalmente a su lado por amor, solo ahí sienten que esta agresión puede ser expresada efectivamente. Por eso, es muy raro lo que voy a decirte, pero lo mejor que puede pasarle a un adolescente que vive esta circunstancia es que tenga padres que lo toleren en amor. Y líderes que lo hagan también.

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”

Por Adrian Intrieri.

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