Continuemos.

Pero cuando expongas al trabajalcohólico o te rebeles en contra del Evangelio del Crecimiento o sugieras que Dios probablemente te esté llamando a dejar de añadir más actividades y gente y comenzar a hacer crecer a los que tienes, tú mismo compromiso con Cristo será cuestionado. Entonces serás aislado, criticado, y se te dirá que no eres un «trabajador en equipo» y finalmente te condenarán.

Desesperado por encontrarte a alguien que te diga que no estás loco, no encontrarás a nadie en la iglesia que se levante contigo y rehusé inclinarse al altar del Crecimiento. Pero ahora ya tienes a alguien que se levante contigo. Y te digo que no estás loco. No eres un flojo. No tienes falta de compromiso.

Y por cierto, antes de que los discípulos del evangelismo comiencen a gritar acerca de la necesidad de evangelizar ahora, permíteme recordarte cuántas veces Jesús dijo a la gente que sanó: «No le digas a nadie. Mantén la boca cerrada» (Mat 8:4, Marcos7:36, 8:26, 9:9, Lucas 5:14, 8:56). No solo les dijo a aquellos a quienes sanó que se quedaran callados, sino también les dijo a sus propios discípulos en numerosas ocasiones que no le dijeran a nadie. (Mateo 16:20, Marcos8:30, Lucas 9:21).

Obviamente el evangelismo es una meta y un llamado importante de la iglesia. Pero el evangelismo no es una justificación para estar ocupados, exhaustos, quemados o para la destrucción de familias. Muchas organizaciones evangelísticas misioneras tienen la reputación de tener líderes que se han quemado en el altar del evangelismo. Y entonces—cuando estos líderes carismáticos ocupados colapsan bajo el peso de sus horarios dementes—son echados a un lado para dar paso a los siguientes líderes que de la misma manera se autodestruirán.

Líderes de jóvenes, no han sido llamados a horarios dementes y locos. No han sido llamados a alcanzar a cada joven o estudiante para Cristo. No han sido llamados para arreglar a todos los jóvenes de sus grupos de jóvenes. El peso de sus grupos de jóvenes no está sobre sus hombros. Su llamado es ser fiel a Cristo y a sus familias y alcanzar a aquellos que puedan. El crecimiento no es el evangelio. Mayor y grande no son frutos del Espíritu.

Algunas Sugerencias:

  • Pide que en las juntas con el personal de la iglesia sean cambiadas para hablar de Jesús y sus almas en vez de negocios.
  • Pide un día a la semana para pasarlo con tu alma—lejos de la oficina—como parte de la descripción de tu trabajo.
  • Pide un presupuesto para poder tener y leer libros que ayuden a mantener tu alma intacta.
  • Pide una semana cada dos meses para pasarla solo, en silencio, orando y leyendo y descansando como parte de la descripción de tu trabajo.

Si tu pastor es un trabajalcohólico que no puede entender a nadie que no es un trabajalcohólico, renuncia y busca un nuevo trabajo.

Por Mike Yaconelli

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