¿De Qué se Trata?: Brindarte herramientas para que te conectes mejor con tus jóvenes y los animes y alientes en el proceso.

1. Cuida a los chicos que están dispuestos.

No permitas que los chicos rebeldes y desanimados consuman tu atención. Podría ser que en tu deseo de ayudar a los chicos rebeldes pierdas aun a los chicos dispuestos.

2. Desarrolla el hábito de escribir mensajes.
Envía por Whatsapp, correo, mensajes de texto, Internet, etc. mensajes de ánimo a tus chicos. Averigua qué redes sociales frecuentan habitualmente (Facebook, Instagram, etc.) y déjales mensajes de motivación.

Piensa en cualquier excusa para mostrarle a los chicos que los aprecias.

3. Visítalos.
Estas visitas no tienen que limitarse a cuando están enfermos. Utiliza cualquier oportunidad que tengas para ir a ver un juego, o alguna actividad en el lugar de estudios. Ve a las graduaciones y fiestas a donde te inviten. Pero no te invites tu solo/a.

4. Enfatiza la imagen y semejanza de Dios es sus vidas.
Constantemente afirma su inteligencia, su dignidad, su creatividad y su sensibilidad.

5. Celebra los cumpleaños, logros y las buenas amistades.
No dejes pasar ningún reconocimiento especial o alguna graduación. Utiliza cualquier oportunidad que tengas para animar las amistades saludables y constructivas.

6. Hasta donde sea posible come con ellos.
Existe algo muy positivo en comer juntos. Aprovecha estas oportunidades para comunicarles lo agradecido que estas por sus vidas.

7. Construye una atmósfera de amor y diversión.
La iglesia no tiene que ser aburrida y mucho menos la Biblia. Trabaja fuerte para que se viva una atmósfera de amor y diversión. No permitas que utilicen apodos que ofenden. Si es posible ten juegos de mesa disponibles, cartas, mesas de ping pong (si hay lugar y tienes fondos).

8. Abre las puertas de tu casa.
Esto te hace una persona al alcance y real. Esto anima a los chicos porque ellos ven que eres una persona real, transparente y abierta.

9. Utiliza el teléfono.
Es buena idea llamar a los chicos de vez en cuando. Si no te gusta utilizar el teléfono, usa Skype, o pídele a otros chicos o a alguien más en tu equipo que lo haga. Siempre hay alguien que disfruta llamar por teléfono.

10. Permite que utilicen sus dones y talentos.
La iglesia debe ser el lugar en el que los chicos pueden utilizar TODOS sus dones y talentos. El saber que Dios los está usando será uno de los mayores motivadores en sus vidas.

Genera oportunidades ministeriales para ellos, diseña actividades en las que se puedan involucrar y guíalos en el proceso.

 

 

Jeffrey D. De Leon

Editado por Edgardo Tosoni

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