Estrategia # 2: Conversación Constante

Por años ha sido mi hábito “visitar”‘ a cada uno de mis cuatro hijos cuando llego a casa en la noche. Recuerdo la noche cuando bajé al cuarto de mi hijo para platicar. Le pregunté cómo estaba y cómo había estado su día. Me dijo “Bien”, pero no se escuchaba convencido. Le dije, “No pareces estar bien. ¿Qué pasa?” Me dijo, “Nada, sólo lo de siempre”. Le repliqué “Debe haber algo en mente; te vez desanimado”. Murmuró, “Es difícil explicarlo, ya sabes, así es la vida . . .es un problema”. Le dije, “Sí, puede ser difícil a veces”. “Pero todavía no sé de qué estamos hablando”. Me preguntó con un poco de impaciencia, “¿Tenemos que hablar de esto ahora mismo?”. Le dije, “Mira, tú sabes que te amo. Vengo a tu cuarto todos los días porque me interesas. No estoy tratando de hostigarte. Si no quieres hablar ahora de esto, está bien”.

Dijo, “A veces parece que las cosas son imposibles. Parece que a veces las cosas nunca salen bien . . .parece que nunca tienes el crédito por lo que haces. Si haces algo bueno, nadie lo nota, pero siempre hay alguien para atraparte cuando metes la pata. ¡Ahorita lo que deseo es olvidarme de mi escuela y mi trabajo! Estoy cansado de los altercados. Algunas veces me parece como si tuviera puesta una playera que dice, soy un molestoso, por favor, alterca conmigo. Me pregunto si vale la pena, para qué someterme a tal tortura. Pienso que no puedo seguir haciendo esto. . . Algo tiene que cambiar”.

Como padres de adolescentes, es importante estar conscientes que estas conversaciones no ocurren así nomás. Tú haces que ocurran al estar buscando diariamente a tu hijo. Esta búsqueda diaria no tiene que ser negativa, algo a lo que tu adolescente teme antes de que ocurra y a penas tolera una vez iniciada.

En vez de eso, estos momentos pueden ser amorosos y de ánimo, un hábito de la relación con tu adolescente que tanto tú como él lleguen a valorar.

¿Por qué necesitan nuestros adolescentes conversación constante (diariamente)? ¿Por qué es peligroso dejar pasar días, semanas, e inclusive meses entre las conversaciones personales y reveladoras con él? Hebreos 3:12-13 responde esta pregunta para nosotros y nos provee un modelo para nuestros intercambios cotidianos con nuestros adolescentes.

“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”

Este pasaje nos da una razón para la conversación constante con nuestros adolescentes. La razón viene en forma de advertencia en contra de alejarse de Dios. Notemos que el alejamiento se refiere a un alejamiento del corazón. El corazón se aparta antes que los ojos, la boca, los oídos, las manos y los pies.

Hay muchos adolescentes que viven en hogares cristianos que asisten a los cultos de adoración, participan en los devocionales familiares, y son activos en su grupo juvenil de la Iglesia, pero su corazón ya se ha apartado del Dios vivo desde hace mucho tiempo. Cuando estos adolescentes van a la universidad y se apartan de la fe, no está ocurriendo algo nuevo y radical. Sino es el fruto del alejamiento de Dios que ocurrió en sus corazones meses antes, e inclusive, años antes.

Este pasaje describe este alejamiento en cuatro maneras. Cada aspecto nos ayuda a entender la naturaleza de la advertencia. Primero, se nos advierte en contra de un corazón malo – un corazón que ya no desea agradar al Señor y ya no quiere someterse a la Escritura. Seguidamente, el pasaje nos advierte en contra de un corazón incrédulo. Esto se refiere a la perdida de la fe, seguridad, aprecio y confianza en Dios y su Palabra. En tercer lugar, el pasaje habla de la caída como un apartarse del Dios vivo. Caer no sólo es quebrantar la ley moral; es el abandono personal de la comunión y compañerismo con Dios mismo. Finalmente, la caída es caracterizada como un corazón endurecido. Esto tiene que ver con la cauterización de la consciencia, haciéndola insensible al ministerio de convicción del Espíritu Santo. Al corazón ya no le molestan las cosas que en otro tiempo le causaban tanta preocupación y culpa.

Como padres lo que queremos es hacer todo lo posible para proteger a nuestros adolescentes de caer. Queremos protegerlos de la rebelión, incredulidad, rechazo de Dios y el endurecimiento de sus corazones. Para hacer esto, el escritor de Hebreos nos dice que necesitamos conversación constante, es decir, necesitamos animarlos diariamente. Nuestros adolescentes (como todos nosotros) necesitan contacto y ayuda a diario. Necesitan ánimo y exhortación a diario. Necesitan súplicas a diario. Necesitan conversación constante.

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