Continuemos.
C. Exprese aceptación.
Si un estudiante viene a la reunión con un aro en la nariz, el pelo verde y tatuajes, y usted se entera de que el chico tiene una familia rota, un origen de abusos y una adicción al cigarrillo, él necesita ser amado y aceptado por Dios, ya que lo ama y lo acepta. No es necesario aceptar sus acciones, pero se debe aceptar por quien es: una criatura de Dios.
He desarrollado una relación bastante buena con un joven de nuestro ministerio a quien le encantan las fiestas. Disfruta de nuestras charlas, pero no está listo para comprometer su vida con Dios. Se emborracha casi cada fin de semana, pero por alguna razón, le gusta venir a la iglesia. Cuando lo veo el domingo por la mañana, le doy un abrazo y le digo que me alegro de verlo (lo digo fuerte en su oreja para empeorar el efecto que queda de la borrachera). También le digo que detesto lo que se está haciendo. En su búsqueda de la verdad, me ve como alguien que lo ama y acepta quien él es, aunque rechazo lo que hace. Él sería el primero en decirle que estoy orando para que deje su pecado.
D. Ayuden a quitar el estrés.
¡Los jóvenes tienen mucha tensión! Y este nivel de estrés está empeorando, no mejorando. Los jóvenes necesitan aprender a relajarse, tomar descansos y no tratar de ser adultos tan rápido. Tienen que aprender que en la vida no todo tiene que ser serio.
Para ayudar a los jóvenes a combatir sus tensiones, tal vez pueda cancelar una reunión semanal de vez en cuando para que saquen un compromiso serio de su agenda. Una vez por mes cancelamos nuestro estudio bíblico y lo reemplazamos por una noche de diversión. Cada grupo escoge su propia versión de la diversión. No solo ese tiempo ayuda a aliviar la tensión a algunos jóvenes, sino que también edifica la comunión entre el grupo de estudio bíblico.
E. Desafíenlos espiritualmente.
Cuando desarrollamos relaciones con los jóvenes, ganamos el derecho de ser escuchados en cuestiones espirituales. Así que, este es el tiempo principal para empezar a hablar acerca de Dios. Los adolescentes quieren entender a Dios y resolver cómo encaja él en su perspectiva mundial. Mientras que el decaimiento moral del mundo va aumentando, los adolescentes buscan respuestas con mayor ansiedad.
Cuando hable con los jóvenes, no tema preguntarles cómo andan en su relación con Dios. Con audacia pregunte a los jóvenes del grupo pequeño si leen la Biblia. Los jóvenes comprenden que usted quiere que conozcan a Dios, y no se sentirán agobiados por preguntas relacionadas a su fe. No importa dónde estén en su compromiso, se pueden motivar y preparar para dar pasos más grandes en las cosas de Dios. Cuando lo hagan, celebre cada paso de avance.
Pregunté recientemente a un típico joven de la multitud si oraba. Me contestó: «Realmente no, nunca sé qué decirle a Dios.» Le dije algo así: «Sí, a mí también me ha pasado eso. A veces tampoco sé qué decirle. Tal vez puedas hablar con Dios como si fuese un amigo sentado a tu lado. ¿Por qué no tratas de hablar con Dios todos los días, por lo menos treinta segundos, y la próxima semana yo te preguntaré cómo te va? ¿Está bien? Cuánto más lo hagas, más normal te parecerá.» Como ve, un desafío espiritual se convierte en una parte natural de una conversación relacional.
2. Los Programas Necesitan Una Fuente Fresca de Ideas.
Como obrero de jóvenes, probablemente le encantan las ideas creativas y nuevas que puede usar para complementar sus programas. Una vez que sabe lo que quiere (satisfacer los cinco propósitos), y a quién quiere alcanzar (la audiencia potencial), las nuevas ideas lo ayudarán a crear programas más eficaces. Pero sin los propósitos ni la audiencia potencial, las ideas son vacías y no tienen fundamento.
Para crear programas con propósito, siempre es útil tener recursos para ideas. Aquí hay tres formas de encontrar más ideas de las que jamás necesitará.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro «Ministerio de Jóvenes con Propósito»
Por Doug Fields
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