Usted y su pareja tendrán problemas, tendrán diferencias, se molestará el uno con el otro, pero deben ser prudentes. Hay cosas que se deben hablar a puerta cerrada. Debemos atacar el problema y no a la persona. Y lamentablemente atacamos a la persona y no resolvemos el problema.

Nunca publique nada en las redes socia­les estando enojado, mucho menos si es con su pareja. Porque luego se leen co­mentarios como los siguientes: “No hay duda que muchos novios si no son muy inteligentes, pues no lo valoran a uno”. ¿De quién está hablando? Por supuesto que de su novio y todos lo entienden y es más, algunos se unen al juego y res­ponden algo como: “Cuando alguien no te valora hay que dejarlo ir. Toma valor y sé libre”.

Los hombres también publican cosas como: “Para balazos… tanto que hago por ella y siempre sale con sus grandiosas estupideces”. Y nuevamente, muchos se unen y comentan. De pronto terminan la relación y lo primero que hacen es publi­car algo como: “Nuevamente soltera, vie­ne un mejor episodio para mi vida” y mu­chos, incluyendo a los parientes se unen a los comentarios unos a favor que haya terminado la relación y otros ofreciendo consejo para que reconsidere la decisión. Lo triste del caso, es que a la semana, la misma mujer vuelve a publicar algo como: “Pensé que no volvería a amarlo. Pero cómo decirle que no a alguien que con lágrimas, de rodillas y con rosas en sus manos te dice: perdóname, sin ti no puedo vivir”. Y corre y va de nuevo, la mis­ma historia se la pasan repitiendo todo el tiempo.

Nunca debemos escribir nada en Internet que no pudiéramos literalmente repetir en una reunión social, teniendo a Jesús y las personas que más admiramos como testigos. Porque los cristianos no somos un nombre que se comporta como los demás. Somos un nombre que define a quién seguimos, para quién vivimos, somos discípulos de Jesús, el Hijo de Dios, quien es nuestro salvador y mode­lo de vida. Publique sólo para edificar y bendecir. Porque como bien se dice: “Las palabras que salen de la boca, ya nunca regresan”. Y lo mismo ocurre con lo que publicamos en Internet. Ahí queda todo. Aunque lo borre, muchos copian lo publi­cado o no olvidan sus palabras.

No pelee públicamente. No pelee contra su pareja. Busquen resolver el problema y no atacar a la persona. Y jamás publiquen sus peleas, dificultades y enojos en las re­des sociales. No sólo se afectan negativa­mente, afectan a su pareja y la reputación de ambos ante sus familias y amigos.

“El iracundo comete locuras, pero el prudente sabe aguantar.” Proverbios 14:17 NVI

Los detalles de la dan vida a la relación. Y ese es el tema del siguiente capítulo.

Extracto de “Noviazgo de Altura” por Álex López

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