B. Huye.

José fue un joven que enfrentó con éxito la presión sexual. La esposa de Potifar lo acosaba de día en día mediante propuestas e insinuaciones inmorales. Hasta que llegó el día en que ella lo planeó todo. Despidió la servidumbre del palacio y esperó sola por él. Se necesita gran valentía y una profunda convicción de temor a Dios para resistir tal embate y tal presión, pero José lo hizo huyendo: «…él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió» (Génesis 39:12).

Pablo en Ia Corintios 6: 18 dice: «Huyan de la inmoralidad sexual…». Igualmente le escribe al joven Timoteo en estos términos: «Huye de las malas pasiones de la juventud…» (2º Timoteo 2:22 NVI).

Contra el diablo, el consejo bíblico es que lo resistas y él huirá; contra flaqueza espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra la fornicación, el mandamiento es HUIR. De ningún otro pecado la Biblia nos manda a huir sino de la idolatría y de la fornicación (1º Corintios 10:14 y 6:18).

Huir no es cobardía, sino valentía. Puede implicar un gran precio: que seas rechazado, criticado, incomprendido y aun menoscabado en tus intereses. Es el caso de Gabriela, una estudiante universitaria que se enfrentó a una experiencia fuerte de presión sexual. Una de esas chicas inocentes, sin maldad, proveniente del interior de una provincia del norte argentino. Al tiempo de ingresar en la universidad, se trasladó a la capital. Allí tomó una materia con cátedra única. En cierta oportunidad, ella quedó después de la clase, en el aula, con la intención de hacerle a su profesor una pregunta relativa al tema estudiado. El comenzó a hacerle algunas insinuaciones amorosas. Aquel profesor comenzó un trabajo muy fino y psicológico en la mente de la muchacha. La presión se hizo cada vez más intensa y, ante la negativa de ella a ceder a tal acoso sexual, él la amenazó con hacerle perder la materia, en estos térmi­nos: «o haces el amor conmigo o nos vemos las caras nuevamente el próximo año».

Casi al borde de la desesperación, con algunos kilos menos en su peso y con gran tristeza vino a vernos. Nuestro consejo fue que permanezca fiel al Señor. El fin de la historia se resumen así: recurso la materia. Mira, ser fiel al Señor tiene un precio que puede ser alto en algunas oportuni­dades. Para José implicó la cárcel y para Gabriela, perder una materia; pero jamás dudes de que la recompensa de Dios por tu fidelidad en nada puede compararse a estas pérdidas.

C. Considera la abstinencia como un derecho.

El no tener actividad sexual es uno de los incluidos en la Declaración de Dere­chos Sexuales y Reproductivos. No aceptes que te discriminen. No ignores que no puedes sentir culpa y a la vez placer; esas dos vivencias juntas son imposibles. No permitas que la presión del grupo te lleve a dejar de lado tus convicciones.

D. No cedas ante palabras seductoras.

Si un joven o una jovencita se ha propuesto tener relaciones sexuales contigo, puedes esperar cualquier cosa. Entre ellas, el viejo truco de las palabras seductoras. Hay algunas frases que son tan comunes en la China como en la Argentina. Segura­mente estas respuestas te ayudarán a salir de ese lío:

  • Ante la propuesta: «Las relaciones sexuales mejorarán nuestra relación», tú dile: «no; se convertirán en el centro de atención y ahogarán todo lo demás».
  • Ante la propuesta: «Las relaciones sexuales nos acercarán más», tú dile: «solamente acercarán nuestros cuerpos, pero el resto de nosotros se alejará».
  • Ante el reproche: «No me amas», tú dile: «no me respetas».
  • Ante la propuesta: «Si me amas, me lo permitirías», tú dile: «si me amas, no me lo pedirías».
  • Ante la propuesta: «Es nuestro aniversario, es una ocasión especial», tú dile: «será más especial aun si esperamos a la noche de bodas».
  • Ante la propuesta: «Quiero darte algo para que me recuerdes», tú dile: «¿cómo un hijo o una enfermedad?».
  • Ante la amenaza: «Si no lo haces tú, me buscaré alguien que lo haga», tú dile: «espero que sean felices».
  • Ante las palabras: «¿Qué?, ¿tienes miedo?», tú dile: «del HIV o de quedar embarazada? ¿Quién no?».
  • Ante las palabras: «¡No seas tan rígida/o!», tú dile: «¡No seas tan egoísta!».
  • Ante la propuesta: «No te preocupes, tengo protección», tú dile: «yo también, y se llama decir que no. Y mi protección tiene ciento por ciento de seguridad».

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LA ABSTINENCIA?

  • Alegrarás el corazón de Dios al demostrar tu obediencia por amor, no por temor.
  • Obtendrás bendición sobre tu vida, porque en la obediencia hay bendi­ción, y en la desobediencia maldición.
  • Reservarás algo muy importante para la persona más especial de tu vida.
  • No te olvides de que sólo existe una «primera vez».
  • Gozarás de libertad para decidir sin presiones tu futuro.
  • Lograrás que tu futuro cónyuge confíe en ti. No es muy lindo estar junto a
  • una persona que ha pasado de mano en mano. Un pasado oscuro suele
  • hacer perder la confianza en el matrimonio.
  • No tendrás culpas ni desilusiones.
  • Serás libre de las consecuencias emocionales. Alguien hizo una demostra­ción para ilustrar esta enseñanza. Tomo dos hojas de papel y luego las pegó con adhesivo. Después de un rato tomó el papel, lo mostró a los jóvenes reunidos y trató de despegarlos. El resultado fue que parte de una hoja quedó pegada a la otra. Es imposible no sufrir las consecuencias emo­cionales cuando una pareja se rompe.
  • No contraerás enfermedades de transmisión sexual.
  • Desarrollarás tu vida de pareja sin fantasmas que te preocupen.

Extracto del libro “Sexo. Lo que siempre quisiste saber”

Por José Luis y Silvia Cinalli

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí