“Denme límites y reglas firmes, pero razonables. Puede que no las admita (o que no las entienda) pero necesito términos que me guíen».

El psicólogo familiar Dick Day señala que dentro de la familia es necesario un bien pensado balance entre el amor y los límites o reglas. Cuando exigimos a un niño, sin aceptarle, entonces lo ponemos en la obligación de portarse bien. Si les imponemos leyes y normas, sin una relación amorosa, entonces damos lugar al viejo dicho: «Reglas sin relación, llevan a la rebelión.» Hay necesidad entonces de: «Yo te acepto, yo te amo; yo te disciplino.» Pero también debe haber, por parte de los padres, responsabilidad. Entonces hay autoridad estructural.

Muchos jóvenes ven la necesidad de tener normas y límites para vivir. Esto está balanceado por su tremendo deseo de ser aceptados por sus padres, basado en una amorosa relación. Veamos los siguientes testimonios de los adolescentes:

1. En el hogar, la autoridad que antes existía parece estar desvaneciéndose a ritmo acelerado. Muchos padres, de quienes he sabido a través de mis amigos, no tienen el menor conocimiento de dónde sus hijos pasan el tiempo, o qué hacen con él. En el vestidor de la escuela no es po­co común que se diga entre risas: “Voy a pasar la noche con John, pero a mamá le dije que iba a pasar la noche con Jackie”. Yo creo que esas adolescentes desean que sus padres las amen lo suficiente, para que más a menudo les digan que no. La libertad que los padres le dan a los hi­jos, quienes desean «pensar y decidir por sí mismos qué es lo mejor,» permite un escenario ampliamente abierto para las relaciones sexuales.

2. Yo pienso que una de las razones importantes por la cual la gente se vuelve sexualmente activa antes del matrimo­nio, tiene que ver con la palabra «padres.» Demasiados padres dejan a sus hijos mandar en la casa. Ellos no les dan a los adolescentes la guía y disciplina que necesitan. Recuerdo las muchas veces que mis padres me dijeron no. Creo que es una de las mejores cosas que hayan hecho conmigo. ¡Me gustaría que el mundo estuviera lleno de padres como los míos!

3. Los padres dicen generalmente que «no debes ir de­masiado lejos», pero aun cuando aceptes eso, puedes me­terte en una situación donde hayas ido lejos, que tienes que seguir. Y los padres no dicen nada de las áreas inter­medias. Así que tú debes determinar tus propios límites, pero tal como dije, terminarás teniendo relaciones sexuales. Los padres tienen que darnos guías específicas, límites reales.

4. Yo creo que mis padres han sabido manejar muy bien todo ese asunto de las presiones y tentaciones que he enfrentado, por no dejarme hacer ciertas cosas (bailes, fies­tas donde se bebe alcohol, sociales, y cines al aire libre, etc.) Por aquel tiempo yo me sentía terriblemente mal, pero mirando hacia atrás, veo que no tuve que enfrentar ese tipo de presiones para tener relaciones sexuales

5. Mis padres me enseñaron bien. Ellos fueron muy estric­tos, y me enseñaron que mi cuerpo era sagrado, tanto pa­ra Dios, como para el hombre que algún día elegiré. ¡Gra­cias, papá y mamá!

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

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