Dividamos al grupo en tres equipos iguales. El equipo número uno tiene que vestir a uno de sus compañeros como el arquero de un equipo de fútbol (portero); el equipo número dos deberá vestirlo como un jugador defensivo de béisbol (catcher o receptor) y el equipo número tres vestirá a uno de los suyos como un jugador defensivo de baloncesto. Para ello cada uno de los grupos utilizará papel de diario, tijeras, cinta adhesiva o cualquier otro material que les proveamos. Los equipos tendrán que proveerle a su jugador los guantes, cascos, e indumentaria apropiada para cada deporte (consigamos con anticipación estos elementos). Motivemos a los diseñadores de moda deportivos a ser creativos. Ahora entablen un debate a partir de las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es el propósito de cada artículo de protección (guantes, mascarillas, tenis)?
  • ¿Qué áreas del cuerpo están cubiertas?
  • ¿Qué es la defensa?
  • ¿Por qué los jugadores de béisbol solo se cubren las partes frontales de su cuerpo?

Después de hablar un poco sobre los trajes confeccionados, leamos Efesios 6:10-20 (la armadura de Dios), y conversemos partiendo de las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es el propósito de cada artículo de protección (yelmo, coraza, calzado, escudo, espada)?
  • ¿Qué partes del cuerpo están cubiertas?
  • ¿Por qué la parte de atrás del cuerpo no está cubierta?

Concluyamos la discusión haciendo un llamado de atención sobre los puntos débiles que tiene la armadura del cristiano (los talones, la espalda, la parte de atrás del cuello). Estas partes de nuestros cuerpos son susceptibles a las lesiones si son expuestas demasiado y producen un dolor severo si se lastiman.

Volvamos a leer el versículo 11: «Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo». Para hacer esto tenemos que encarar al enemigo, no darle la espalda. Usar nuestra defensa, no huir; usar nuestras armas, no rendirnos. Nuestra armadura nos protege en tanto estemos de frente al enemigo, pero nuestras áreas desprotegidas son vulnerables si nos damos la vuelta y huimos.

Todos nos encontramos en una batalla diaria contra Satanás. Si descuidamos nuestra defensa o nos exponemos demasiado, estaremos propensos a caer en lugar de permanecer firmes cuando el enemigo venga. (Rick Sanders).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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