Pasaje bíblico: Lucas 1:1-25.
Idea principal
Zacarías ilustra la realidad de una religiosidad unida a la incredulidad.
Desarrollo
La descripción que el evangelio de Lucas hace de Zacarías no puede ser más positiva. Se nos dice que era un sacerdote, descendiente por tanto de la familia de Aarón. Como sacerdote era un buen conocedor de las escrituras.
El pasaje también nos indica que era justo ante dios y su conducta, su testimonio, como diríamos hoy en día, era intachable ante los ojos de la gente que le conocía. Tanto él como su esposa eran buenos cumplidores de los mandamientos de Dios. Zacarías y su esposa Isabel no podían tener hijos. La esterilidad era una especie de estigma social en el mundo antiguo, incluido el pueblo de Israel. No poder tener hijo se consideraba como una desgracia, una falta de bendición de parte de Dios y un despropósito en la vida de una familia, recordemos sin ir más lejos, el caso de Ana, la madre de Samuel.
Esta idea tan negativa de la falta de descendencia nos ayuda a entender la intensidad con la que Zacarías debía orar al Señor pidiendo por un hijo. Una oración, que según podemos deducir del pasaje, era permanente, incluso cuando biológicamente era imposible que pudiera realizarse. Esta imposibilidad biológica no debía ser un inconveniente para su intercesión. Como buen conocedor de las escrituras Zacarías sabía que había precedentes de la intervención sobrenatural del señor en la historia de su pueblo, Sara y Ana podían ser buenas ilustraciones.
En este contexto se aparece el ángel del Señor y le anuncia a Zacarías el nacimiento de su hijo como respuesta a su oración persistente. Le indica que éste será grande a los ojos de Dios y hará que muchos de sus compatriotas vuelvan sus vidas hacia el señor. Además, prepararía al pueblo para el recibimiento del tan esperado Mesías.
Conocido todo lo anterior nos sorprende la respuesta de Zacarías. A pesar de su trayectoria, de su conocimiento de la palabra de Dios y de su oración, nuestro héroe responde como un auténtico racionalista, argumentando con el ángel que aquello no era posible desde un punto de vista natural y biológico ya que él era demasiado viejo y su mujer también, en cualquier caso ya no podían tener descendencia.
El ángel responde que aquello era una manifestación de incredulidad. Zacarías no fue capaz de creer, cuando obtuvo la respuesta, aquello por lo cual había estado orando y pidiendo durante tanto tiempo. El enviado de Dios le acusó de no entender el carácter sobrenatural de Dios y su capacidad de obrar más allá de las leyes de la naturaleza. Uno se pregunta qué tipo de oración oraba Zacarías.
Aplicación en un mundo postmoderno
La postmodernidad es espiritual pero no es religiosa. Todos los estudios que se han realizado lo indican una y otra vez. La gente está abierta al mundo de la espiritualidad pero huye de la religión institucional ¿la razón? La encuentran fría, mecánica, ritual, carente de vida y excesivamente racional.
De forma interesante cuando más y más postmodernos se vuelven nuevamente a la espiritualidad y se abren al misterio y lo sobrenatural muchos cristianos viven una fe racionalista, ritual y totalmente cerrada a la intervención sobrenatural de Dios.
Estos creyentes creen en Dios, reconocen sus atributos, afirman su soberanía sobre el universo, su poder para cambiar y transformar todas las cosas y oran pidiendo que él intervenga. Sin embargo, en el fondo de su corazón no creen que todo eso sea posible, por tanto, no lo esperan y, si llegara a suceder no lo reconocerían, lo atribuirían a la casualidad, el azar o su propia capacidad.
Las oraciones de estos creyentes son vulgares, carentes de poder y de esperanza. Acostumbran a ser oraciones que piden por cosas banales y que, en la mayoría de los casos, están totalmente al alcance de sus propios esfuerzos y actuación. Zacarías nos reta a que nuestra fe no sea fría, racional, ritual e intelectual. Nos reta a tener una fe que cree, confía, se sabe cierta y espera lo sobrenatural y lo imposible de parte de Dios.
Preguntas de interacción
1. ¿A cuál de los dos modelos responde tu oración, al sobrenatural o al racional?
2. ¿Qué cosas le pides a Dios? ¿Está tu oración impregnada de sobrenaturalidad o de racionalismo? ¿Te impide la realidad ver la posibilidad de una intervención de Dios más allá de la misma?
3. ¿Qué te impide, si este es el caso, creer y esperar en Dios para cosas sobrenaturales?
Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”
Por Félix Ortíz