SEMANA 3. ESTUDIO 2.
Muchas escuelas tienen pizarrones donde se puede, con un borrador, borrar lo escrito. Pero aún antes que se inventaran esos pizarrones, los alumnos escribían en pizarritas personales. No era suficiente con un borrador para quitar lo que se había escrito durante el día. Era necesario mojar la pizarra y limpiarla a fondo con agua y jabón.
Muchas personas necesitan una buena limpieza que quite de sus vidas todo rastro de mentalidad de langosta. La mentalidad de langosta está arraigada en ellos, no a causa de lo que otros dicen o hacen en su presencia o en el presente de sus vidas, sino en los recuerdos de pasadas humillaciones, errores, fracasos, insultos o temores.
Escribe aquí un buen recuerdo que tengas: ________________________________________
Los científicos nos dicen que nuestros recuerdos pueden tener tanta fuerza como nuestros sentidos tienen en el presente. El recuerdo de un momento en particular puede hacer que nuestro estómago se comprima, las palmas de nuestras manos suden, y las sienes comiencen a latir. En otros casos, los buenos recuerdos pueden hacernos sonreír, provocar una risita, o ayudarnos a relajarnos. Todos sabemos que un cierto aroma puede traernos recuerdos de alguna comida familiar o el sonido de una canción puede traernos recuerdos muy especiales.
La persona que tiene mentalidad de langosta suele tener recuerdos dolorosos. No sólo eso: aparentemente no puede dejar atrás esos recuerdos. Una y otra vez, ellos vuelven a su mente, y cada vez el dolor es más fuerte. Los recuerdos son como las palabras escritas en una de esas pizarritas que nunca terminan de ser borradas hasta que se hace una limpieza a fondo con agua y jabón.
Reordena las letras de las palabras que damos a continuación para aprender un desafío secreto:
Sod sopas euq et dauranáy a abrror ducreosre lorosodos
El Dr. Peale, gran autor y orador, dijo en su autobiografía que él no era una persona que pensara en forma positiva, y que tenía un gran complejo de inferioridad. «Aprender a sacármelo de encima y vivir normalmente fue uno de los grandes problemas que tuve que enfrentar en la vida… Me acosaban las dudas sobre mí mismo y la sensación de no valer nada. Mi mente me decía continuamente: ‘No puedes, no tienes lo que hace falta’.»
Un maestro, hablando sobre las dudas que el Dr. Peale tenía sobre sí mismo, le preguntó: «¿Ves esa goma? Es maravillosa. Puede borrar los errores». El maestro tomó la goma y la arrojó contra el escritorio. «¿Ves con qué impulso rebota? Lo mismo sucede contigo, hijo. Borra esa actitud de inferioridad de ti, y permite que el Dios todopoderoso te haga elevarte con ese mismo impulso. Deja que el Señor te haga de nuevo«.
El Dr. Peale oró: «¿Puedes tú cambiar a un muchacho pobre y vencido como yo, para que sea una persona normal? Por favor, hazlo, Señor».
¡Qué buena oración para las personas que tienen mentalidad de langosta! La buena noticia es que cuando nos acercamos a Dios con esta oración, él dice que limpiará a fondo nuestra pizarra en lo que a él concierne.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Venciendo en la Tierra de los Gigantes” (Edición Para Jóvenes)
Por William Mitchell