Pasaje bíblico: 1 Samuel 16.

Idea principal

Samuel ilustra el principio de que a diferencia nuestra que miramos y valoramos a las personas por su exterior, Dios mira el corazón.

Desarrollo

La desobediencia repetida de Saúl provocó que Dios decidiera buscar otro rey para gobernar a Israel. Samuel, el profeta, recibió el encargo de encontrarse con él y ungirlo como nuevo gobernante del pueblo de Dios.

Imagínate por un momento que recibiéramos el mismo encargo de parte del Señor ¿qué criterios usaríamos nosotros a la hora de escoger un nuevo gobernante para el pueblo? Podemos ser espirituales y políticamente correctos en nuestra respuesta, sin embargo, si hemos de ser sinceros estos son algunos de los criterios que usaríamos: experiencia previa militar y/o política, dotes de mando, currículum profesional y académico, relaciones con el poder económico, etc., etc.

Samuel usó los mismos criterios lógicos que cualquiera de nosotros hubiéramos utilizado. Cuando fue a visitar a la familia de Isaí usó los criterios culturales y de sentido común que cualquier otro ser humano hubiera utilizado. Para comenzar pensó en las pautas culturales, según las cuales el hijo mayor, el primogénito, debería ser el que dios había escogido. Pero no fue así. A juzgar por los comentarios que el Señor le hace en el mismo pasaje todo parece indicar que otros criterios usados por él fueron la presencia física, el poder, el estatus y cosas similares. Vamos, y por decirle de manera rápida y sencilla, Samuel, como cualquiera de nosotros se rigió por criterios externos, por lo aparente, por aquello que está a nuestro alcance juzgar.

Sin embargo, el pasaje nos sorprende siendo el propio Dios quien indica que él usa otros criterios para juzgar, valorar y clasificar a las personas. Para Dios lo importante no es lo exterior, lo que realmente cuenta a sus ojos es aquello que nosotros no tenemos la capacidad de ver, juzgar ni valorar: el corazón.

La Biblia habla mucho y muy a menudo del corazón. Para nosotros, los occidentales el corazón tiene un significado muy diferente que para el pueblo de la biblia, es importante saberlo.

En la concepción occidental del mundo el corazón es el lugar donde radican y se producen las emociones -el amor, el odio, la envidia, la tristeza, etc. – identificamos el corazón con los sentimientos y las emociones del ser humano.

No era lo mismo para los judíos. En su concepto del mundo el corazón era el centro de control de la vida. Allí es donde se tomaban las decisiones, donde se decidía la manera en que una persona vivía, las conductas que desarrollaría.

Por eso la biblia determina que el corazón de una persona determina cómo esta es. No en vano la palabra de Dios indica: «cuida tu corazón más que nada en el mundo, porque él es fuente de vida» (proverbios 4:23) «engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo, el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras» (jeremías 17:9­10)

El corazón es tan importante que la Biblia, por boca del profeta Jeremías, indica que el Señor nos dará un corazón nuevo, es normal ya que el propio Jesús indicó en los evangelios que es del interior del ser humano, de su corazón de donde nacían todas las cosas malas.

Dios fue muy claro en sus comentarios, no se trata de lo que el hombre puede ver, lo externo, lo superficial, lo aparente, lo estético. Se trata del interior, de aquello que él escudriña e investiga, se trata del corazón.

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