Pasaje bíblico: 1 Samuel 3

Idea principal

Samuel ilustra el principio de escuchar y discernir la voz de dios en la realidad de la vida cotidiana.

Desarrollo

Dice el libro de Samuel en el versículo 1 del capítulo indicado anteriormente que en aquella época el Señor tan apenas comunicaba a nadie sus mensajes. Se recibían muy pocos, por muy poca gente y con escasa frecuencia.

No sabemos las causas, la Biblia no nos las indica de forma explícita y clara, sin embargo, el contexto de la historia nos da suficiente información para podernos hacer una idea.

El libro de Jueces narra la época histórica en que Israel carecía de un gobierno estable. Aquella época estuvo caracterizada, como vimos al estudiar personajes como Jefté y Micaías, por la desobediencia y la rebeldía continuada de israel con el consecuente alejamiento de Dios.

Probablemente en los días de Samuel continuaba esta tónica espiritual. Elí no es caracterizado como un líder espiritual, antes al contrario se censura su falta de disciplina hacia sus hijos y los desmanes que estos cometían.

Los propios hijos de Elí, Ofni y Finees, pueden ser considerados una ilustración del clima espiritual imperante en aquellos días. La conducta de los mismos es claramente criticada en los capítulos 3 y 4 del primer libro de Samuel y ponen en evidencia cómo la corrupción en la vida del pueblo había llegado hasta la institución del sacerdocio degradándola.

Es en este contexto donde encontramos a Samuel. Ya hemos hablado de las circunstancias sobrenaturales que rodearon su nacimiento y cómo desde su niñez fue dedicado al servicio de dios en silo, en el tabernáculo.

El versículo 7 nos dice que Samuel, a pesar de estar al servicio del Señor, todavía no lo conocía. Sin duda se refiere a un conocimiento personal, íntimo y experimental, porque es evidente que sí existía el conocimiento intelectual, teórico de Dios.

Dios se revela a Samuel y le llama por su nombre ni más ni menos que cuatro veces. Vemos por el pasaje que a nuestro héroe le costó reconocer la voz de Dios. Le costó discernir quién era el que estaba llamándole.

Esta dificultad para reconocer y discernir la voz del Señor es natural si tenemos en cuenta la ausencia de referentes que tenía Samuel. Dios nunca le había hablado y como hemos indicado anteriormente haciendo referencia al texto bíblico, en aquellos días el Señor casi no hablaba con casi nadie.

Algo hizo bien Elí. Comprendió que era el propio Dios quien estaba hablando con Samuel, quien le llamaba, y le indicó que respondiera con solicitud a la voz si se manifestaba de nuevo, lo cual sucedió.

Hay un par de cosas interesantes que vemos en Samuel. Primero que oyó, escuchó, aunque no supo discernir quién hablaba. Segundo, cuando comprendió que era el Señor se mostró solicito y disponible para escuchar y obedecer. Habla que tu siervo escucha. Hemos de ver en esta respuesta mucho más que palabras, expresan un sentimiento, una voluntad, una disposición una sumisión -siervo- a la obediencia a la voz de Dios.

Aplicación en un mundo postmoderno

En Juan capítulo 10 -el pasaje del buen pastor- por tres veces Jesús indica que su ovejas -nosotros- tendremos la capacidad de oír su voz y de reconocerla. Es una promesa dada a todos aquellos que a lo largo de los siglos han tomado la decisión de seguir al maestro. Ahora bien, en la sociedad postmoderna no es fácil escuchar la voz del maestro. No es que éste no hable, sigue hablando a través de su palabra, su espíritu -el cual da testimonio a nuestros corazones-, otros creyentes y las circunstancias. El problema radica por un lado, en que no todo el mundo escucha y por el otro, en que hay demasiada contaminación acústica a nuestro alrededor que hace difícil el poder escuchar y reconocer su voz.

Del mismo modo que cuando entramos en una habitación totalmente oscura nuestros ojos necesitan acostumbrarse a la oscuridad y poco a poco van discerniendo y adquiriendo la capacidad de ver, del mismo modo nuestros «oídos» espirituales necesitan acostumbrarse a escuchar y reconocer la voz del maestro en medio de todas las voces políticas, culturales, sociales, ideológicas que hay a nuestro alrededor. Para poder discernir, en medio de tanto ruido espiritual, la voz del Señor hay que cultivar las cualidades que vemos en Samuel, a saber, dedicar tiempo a dios, tener el deseo de escuchar y tener la disponibilidad de obedecer.

Samuel es para nosotros un desafío a la disponibilidad y voluntad para paciente y activamente buscar oír y discernir la voz de nuestro pastor en medio de toda la contaminación acústica espiritual que hay en nuestra sociedad postmoderna. Todo ello con el deseo y el propósito que alentó a Samuel, escuchar para obedecer.

Preguntas de interacción

  1. ¿Has pensado en alguna ocasión que tal vez Dios te esté hablando de muchas maneras y no estás prestando atención para escucharle?
  2. ¿Te cuesta reconocer la voz de Dios en la vida cotidiana? Si tu respuesta indica que existe dificultad ¿a qué crees que es debido?
  3. ¿Qué cosas prácticas podrías hacer para mejorar tu capacidad de escuchar y discernir la voz de Dios? Recuerda que es un proceso que necesita tiempo y puede aprenderse.
  4. ¿Qué personas hay en tu entorno que podrían serte de ayuda?

Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”

Por Félix Ortíz

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