¿De Qué se Trata? Ayudarles a descubrir cuál es su verdadera identidad. Quiénes son en Cristo.
Pasaje Clave: Todos los que hablen acerca de nuestra identidad en Cristo.
PREPARACIÓN PREVIA
Prepara una buena cantidad de tarjetas tituladas «Quién Soy en Cristo». Tienes que poder entregarle 3 o 4 tarjetas a cada uno de los integrantes de tu grupo. Debajo del título general «Quién Soy en Cristo» pon «En Cristo soy…………………» (deja espacio para completar la frase). Y en la tercera línea escribe el versículo bíblico. La tarjeta debe quedarte así: «Quién Soy en Cristo». «En Cristo soy………………» (Efesios 1:3).
En este ejemplo la respuesta es: bendecido. «En Cristo soy Bendecido«. Aquí tienes otros ejemplos para utilizar:
Conocido (Ro.8:29). Renacido (1º P.1:23).
Escogido (Ef.1:4). Justificado (Ro.5:1).
Amado (Jer.31:3). Santificado (1º Co.1:2).
Aceptado (Ef.1:6). Heredero (Ro.8:17).
Redimido (Ef.1:7). Predestinado (Ro.8:30).
Capacitado (Ef.2:10). Glorificado (Ro.8:30).
Creado (Sal.139:13-18). Nueva Criatura (2ºCo.5:17).
Guardado (Judas 24). Victorioso (Ap.21:7).
Llamado (Ro.8:30). Vencedor (Ro.8:37).
Sellado con el Espíritu Santo (Ef.1:13-14). Luz y Sal (Mt.5:13-14).
INTRODUCCIÓN
Coloca en la espalda de cada uno de los adolescentes y jóvenes una hoja de papel en la que este escrito el nombre de un famoso. Nadie puede ver el nombre escrito en su propia hoja. Explícales que tienen que descubrir su «identidad secreta» haciéndoles preguntas a las demás personas. No pueden hacerle dos preguntas seguidas a la misma persona, y todas las preguntas deben responderse únicamente con «sí» o «no». Cuando todos hayan terminado de descubrir su identidad, entrégales un premio a los primero 3 ganadores.
DESARROLLO
Pregúntales:
- ¿Cómo te sentías al no saber quién eras?
- ¿Fue difícil descubrir el nombre que tenías en la espalda? ¿Por qué?
- ¿Alguna vez quisiste ser alguien que no eres, ser otra persona? ¿Por qué?
Luego diles: Les voy a hacer dos preguntas más y quiero que escriban sólo dos respuestas en cada una de ellas. No le pongan nombres a las hojas. Cuando terminen, me las entregarán y yo lo leeré públicamente. Responde con dos ejemplos esta pregunta: ¿Quiénes dicen las personas que eres tú? ¿Qué opina la gente de ti?
Responde ahora, con otros dos ejemplos, la siguiente pregunta: ¿Qué pienso de mi mismo? ¿Yo, quién digo que soy?
Dales 5 minutos para que respondan. Luego recoge los papeles y léelos. Si el grupo es muy numeroso, escoge algunos al azar. Luego de leer los ejemplos anónimos, diles: La razón por la que leí en voz alta los ejemplos fue para que todos se den cuenta que lo que les pasa y cómo se sienten no es exclusivo de nadie. Lo que tú sientes y piensas de ti mismo, no te ocurre solo a ti. No pienses que eres el único bicho raro que siente que es torpe, feo, burro o tímido.
Pero déjame darte dos buenas noticias:
1. Hay solución para cómo te sientes.
2. No necesitas compararte con nadie porque Dios te dice que eres único. ¿Para qué compararte con los demás si Dios ha establecido que puedes ser tu mismo?
Luego diles: la opinión de la gente cambia. Hoy piensan una cosa y mañana otra. Aún las personas con mejores intenciones y que más te aman, cambian. Por lo tanto, tu opinión de ti mismo no puede depender de la opinión de las personas, sino de una opinión que no cambie, que nada ni nadie puede alterarla. Por lo tanto, necesitas saber lo que Dios piensa de ti.
¿Sabes lo que piensa y dice Dios de ti?
Repártele a cada uno 4 tarjetas «Quién soy en Cristo». Diles que la Palabra de Dios les revelará quiénes son realmente, cómo los ve Dios. Dales tiempo para que cada uno busque en la Biblia y complete sus tarjetas.
Luego pídeles que cada uno escoja una de sus tarjetas, se pare y la lea en voz alta.
CONCLUSIÓN
Guíalos en una oración/declaración de fe acerca de su identidad espiritual. Para finalizar repitan entre todos, estas declaraciones de identidad: “Porque no somos lo que la gente dice, no somos lo que el diablo nos dice, somos lo que Dios dice que somos: “Soy una nueva criatura, soy cabeza y no cola, victorioso…”.
Por Edgardo Tosoni