SEMANA 2. ESTUDIO 3.
Fui a Australia a presentar talleres sobre el tema de la actitud positiva para los estudiantes, un programa sistemático que ayuda a empleados de escuelas, padres, y alumnos, a desarrollar actitudes positivas, virtudes y habilidades para la vida. Me entusiasmó saber que los alumnos, profesores y administrativos de la Escuela Secundaria Palm Beach Currumbin, en Gold Coast, Australia, habían elegido como lema para el año escolar la siguiente frase: «Positivos por elección».Juntos, se habían decidido a hacer cada día el esfuerzo de concentrar sus pensamientos y esfuerzos en las cosas positivas de la vida (y de su escuela) y hacerlo, no como un mandato, sino como una elección o decisión propia.
Este lema subraya, a mi entender, algo que sé que es cierto en mi vida y en las de cientos de personas con quienes he hablado de la mentalidad de langosta: podemos elegir ser positivos, aun en una situación negativa.
- Podemos elegir ver el mejor lado del asunto.
- Podemos elegir buscar aquello que dé buenos resultados.
- Podemos elegir ver soluciones, respuestas y opciones, en lugar de concentrarnos en el problema.
- Podemos elegir hablar una palabra positiva, sin importar cuán duras sean las circunstancias.
- Podemos elegir tener valor, en lugar de una mentalidad de langosta.
En los espacios en blanco que siguen, escribe tu nombre. Luego léelos en voz alta para ti mismo.
___________________puede ver el mejor lado del asunto.
___________________puede elegir buscar aquello que dé buenos resultados.
___________________puede elegir ver soluciones, respuestas y opciones, en lugar de concentrarse en el problema.
___________________puede elegir hablar una palabra positiva, sin importar cuán duras sean las circunstancias.
___________________puede elegir tener valor, en lugar de una mentalidad de langosta.
1. ¡Los Pensamientos Positivos No Duelen!
Había una vez un ávido cazador de patos que deseaba comprar un nuevo perro para sus excursiones de caza. Su búsqueda terminó cuando encontró un perro que caminaba sobre el agua para recobrar un pato. Sorprendido por este descubrimiento, el hombre se preguntó cómo dar la noticia a sus amigos cazadores. Estaba seguro de que nadie le creería.
El cazador decidió invitar a un compañero para que viera por sí mismo a este sorprendente perro en acción. Al día siguiente, los dos fueron hacia el lago, y esperaron. Cuando se acercó una bandada de patos, ambos pusieron escopeta al hombro y dispararon. El perro corrió por sobre el agua, y capturó un animal entre sus dientes. El amigo del cazador se mantuvo en silencio. Ni siquiera dijo una palabra sobre la hazaña del perro. Al regresar a su casa, el cazador preguntó a su amigo: «¿Notaste algo inusual en mi nuevo perro?». El otro, sin dudar, contestó: «Claro… ¡no sabe nadar!»
Puede resultar gracioso, pero lo cierto es que muchas personas son como el amigo de ese cazador. Simplemente detestan decir algo positivo. Es como si un pensamiento positivo fuera algo completamente extraño para ellos. A esas personas me agradaría gritarles: «¡Pensar positivamente no te hará daño! ¡No duele!»
Escribe un poema de cinco versos sobre la palabra «positivo». Utiliza la siguiente fórmula con respecto a la cantidad de palabras (observa el ejemplo al margen).
1º verso: una palabra (título).
2º verso: dos palabras (explicación).
3º verso: tres palabras (lo que hace el título).
4º verso: cuatro palabras (cómo te sientes con respecto al título).
5º verso: una palabra que signifique lo mismo que el título.
Por ejemplo:
Positivo.
Yo elijo.
Provoca obras positivas.
Pensar positivamente es bueno.
Vencer.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Venciendo en la Tierra de los Gigantes” (Edición Para Jóvenes)
Por William Mitchell