SEMANA 5. ESTUDIO 3.
Para ser un Vencedor de Gigantes, concéntrate en:
- Un problema.
- Una meta.
- Una faceta de tu carácter.
- Un día.
Quienes sufren de mentalidad de langosta tienden a ver grupos de gigantes. Si estudiamos en detalle lo que los espías dijeron al regresar de Canaán, encontramos una gran generalización: «…todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes…» (Números 13:32-33).
No se menciona a un gigante. No se describe a una persona, un nombre, un lugar en especial. Todos son gigantes, ¡y aparentemente, todos son hombres, también! Siempre que nos concentramos en generalidades y grupos, tendemos a sentirnos abrumados y nos hundimos en una mentalidad de langosta.
Marca las afirmaciones que no sean generalizaciones.
- Nadie más debe hacer esto.
- Todos los demás chicos son inteligentes.
- Todos mis amigos lo tienen.
- Edgardo siempre saca las mejores calificaciones.
- Todos pueden ir, menos yo.
- Santiago puede ir al recital.
- Quiero una computadora como la de Sara.
- Laura no tiene que cuidar a su hermanita, como yo.
La persona que tiene mentalidad de langosta generalmente se compara con grupos de personas, lucha con lo que percibe como profundas fallas de carácter que cubren cualquier asunto o cualquier oportunidad, y ve las cosas en términos de «siempre», «nunca», «todo o nada».
Para ser un vencedor en la tierra de los gigantes, debes concentrarte en un problema, perseguir una meta, trabajar en una faceta de tu carácter, y tomar cada día como viene. Es vital que te concentres en una sola cosa a la vez para poder golpear al gigante justo donde más le duele.
1. Deja el Resto de los Filisteos a Saúl.
Cuando David se enfrentó a los filisteos, vio solamente a un hombre. No luchó contra todo el ejército. Luchó contra Goliat. Sabiamente, David dejó que los soldados del ejército de Saúl se ocuparan del resto de los filisteos.
Cuando te enfrentas a lo que parecen ser muchos problemas, conserva tu enfoque. No permitas que los números te cieguen. Identifica el problema que ataca tu vida en forma específica. Concéntrate en un problema. Y luego acude al Señor. Él ya te ha provisto la manera en que puedas atravesar este problema y tener la victoria.
Ve a su Palabra. Busca los mandamientos y promesas de Dios que se relacionan directamente con tu situación en particular. Pídele a Dios que te revele exactamente qué debes hacer. ¡La Palabra de Dios se aplicará a tu vida si tú deseas aplicarla! La clave es concentrarse en una cosa y no olvidarse de ella.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Venciendo en la Tierra de los Gigantes” (Edición Para Jóvenes)
Por William Mitchell