Pasaje bíblico: Génesis 39.

Idea principal

La tentación es y será siempre una realidad con la que todo cristiano deberá lidiar. José es un ejemplo de cómo afrontarla.

Desarrollo

Con toda probabilidad José es el primer caso de acoso sexual en el trabajo que aparece registrado en la historia de la humanidad. Triste precedente, pero precedente al fin y al cabo.

La historia de José es bien conocida y aparece perfectamente narrada en el libro de Génesis.

Después de haber sido vendido por sus hermanos como esclavo José fue llevado a Egipto y acabó en la casa de Potifar, un alto funcionario del monarca egipcio, para más señas capitán de su guardia, lo cual parece indicar que se trataba de un cargo de confianza e importancia.

La Biblia nos dice que el Señor estaba con José y, por tanto, las cosas le fueron muy bien. Como consecuencia de ello la casa de Potifar progresó y Dios le dio gracia a José ante los ojos de su amo de tal modo que éste lo nombró mayordomo de su casa y dejó todas las cosas bajo su cuidado. Como consecuencia la bendición de dios alcanzó también a la casa de su amo.

Sin embargo, no todo podía ser de color rosa. La mujer de Potifar hizo proposiciones sexuales a José. Nuestro héroe se negó en redondo y explicó las razones por las cuales no podía hacerlo: fidelidad a su amo y respeto hacia el Señor.

Sin embargo la mujer no se dio por vencida y día tras día continuó acosando a José con proposiciones deshonestas. La presión que José debió de sufrir tuvo que ser horrible. José como todo ser humano era sensible al deseo y a la necesidad sexual y había una persona que día tras día se insinuaba y abiertamente requería sus servicios sexuales. Además, esta persona se encontraba en una posición de ventaja sobre José al ser la esposa de su amo, es por eso, que José no únicamente tuvo que afrontar la tentación sino un auténtico acoso sexual.

Finalmente José se vio en una situación de auténtico peligro y se vio obligado a huir dejando su ropa en la habitación de la mujer de Potifar.

El resto de la historia y las consecuencias que José tuvo que pagar por su decisión de afrontar la tentación las conocemos muy bien. José prefirió huir antes que pecar. Su negativa a pecar y mantenerse firme en sus convicciones y temor del Señor le trajo consigo la pérdida de su posición de privilegio y le acarreó varios años de prisión.

Aplicación en un mundo postmoderno

La sociedad postmoderna es cada vez más permisiva. Los límites morales cada vez son más endebles y cada vez más personas, con más facilidad y con más frecuencia los trasgreden.

Además, nuestra sociedad, no únicamente rompe con las normas morales sino que además, como indica Pablo en romanos 1:32, ánima y acosa a otros para que hagan lo mismo. Por tanto, los creyentes nos vemos inmersos en un contexto social en que las tentaciones y las posibilidades de pecar están a la orden del día. Ya no es preciso que de forma clandestina vayamos en busca de tentaciones y oportunidades de pecar, éstas nos son presentadas y vienen hasta nosotros cada día, a veces, en cada momento. El ejemplo de José es valioso para nosotros y nos enseña dos estrategias que nos pueden ser muy útiles para afrontar la tentación. En primer lugar, José tenía temor de Dios y, por tanto, estaba en condiciones de identificar aquellas cosas que podían ofenderle y desagradarle.

El conocimiento que tenía del Señor le permitía tener un rumbo moral en medio de situaciones de tentación. Le permitía tener la capacidad de orientarse por aquello que era conforme a la voluntad de Dios, en vez de hacerlo por sus impulsos sexuales. Todos nosotros nos vamos a ver inmersos en situaciones en las que, a menos que tengamos una comprensión de qué es correcto e incorrecto a los ojos de Dios, podemos sucumbir ante nuestros propios instintos e impulsos que se verán aplaudidos y animados por la permisividad del entorno social.

En segundo lugar, José nos muestra que en determinadas situaciones, cuando la presión de la tentación es demasiado fuerte, huir es una estrategia adecuada.

Es cierto. Pablo indica que no demos lugar al diablo. Pedro nos dice que satanás anda alrededor nuestro buscando a quien devorar. En ocasiones hay relaciones, situaciones, experiencias, contextos en los cuales nos encontramos en situaciones de vulnerabilidad, debilidad y extremo peligro. Es mejor como prevención evitarlos, pero si no ha sido posible es mejor huir.

José es un buen ejemplo para nosotros de cómo afrontar la realidad de la tentación en la vida cotidiana.

Preguntas de interacción

1. ¿Por qué el conocimiento de Dios nos puede servir de brújula en una sociedad sin rumbo moral?

2. ¿De qué modo práctico podemos conocer mejor a Dios?

3. ¿Qué situaciones, relaciones, experiencias, etc., hay en tu vida personal que te colocan en peligro de caer en la tentación?

4. ¿Qué significaría para ti huir en esas situaciones?

Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”

Por Félix Ortíz

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí