Continuemos.
4. Siento Que… No Siento Que…
En la adolescencia los sentimientos y las emociones son muy fuertes. Mucho más fuertes que los pensamientos. Te fijás más en lo que sentís que en lo que sabés o pensás. Además todo lo que te rodea estimula tus emociones. La moda en nuestra sociedad es: “Siento, luego actúo”. Por la radio, la TV, o donde fuere, no paran de decírtelo: “Si lo sentís, hacélo”. “Lo mejor es que hagás la tuya”… “Sólo cuenta lo que sentís…”, etc.
Para nuestra sociedad confundida y contradictoria (gobernada por el príncipe de la mentira) uno tiene que hacer lo que siente. Satanás, además de meterte pensamientos mentirosos en tu cabeza, también mete sentimientos mentirosos en tu corazón.
Por ejemplo:
- SIENTO que Dios está enojado conmigo por lo que hice…
- SIENTO que soy alguien malo, que no merezco nada bueno…
- SIENTO que Dios ya no me escucha…
- SIENTO que Dios no puede perdonarme porque volví a caer en el mismo pecado…
- SIENTO que todos me hacen a un lado y me dejan solo…
- SIENTO que Dios se fue de mí…
- SIENTO que nunca más voy a poder hablarles a mis compañeros del Señor porque hice algo desagradable…
- Tengo que hacer esto (estudiar, congregar, orar, colaborar, trabajar, etc.) pero no SIENTO ganas de hacerlo…
- Si no lo SIENTO, y lo hago, soy un hipócrita…
Escucháme: Lo que sentís, ¿es según Dios o según Satanás? ¿Lo que sentís es según el Espíritu Santo y la verdad de Dios, o según las fortalezas mentirosas que Satanás ha construido en tu interior?
Muchísimas de las cosas que sentimos no vienen de Dios. ¿Sabías que desde Adán y Eva hasta hoy, TODOS tenemos complejos de inferioridad?
Nos sentimos:
- Menos capaces que otros.
- Menos lindos.
- Menos útiles.
- Menos queridos.
- Menos inteligentes.
- Menos, menos, menos, menos que todos los demás…
¿Sabes por qué? Porque no somos lo que deberíamos ser. Ni vos ni yo.
Nuestra naturaleza es pecaminosa, defectuosa. Pero Satanás te hace creer y sentir que sos el único (del grupo, de tu casa, del curso, etc.) que vale menos que todos los demás. Nuestra sociedad, esclavizada por Satanás, es problemática, inferior y contradictoria. Te dice: “Hacélo si lo sentís”, pero cuando lo hacés (tener sexo, drogarte, irte de tu casa, gritarle a tus padres, escaparte de la escuela, etc.), ella misma no tiene ninguna solución para la culpas que sentís, la amargura que sentís, la soledad que sentís o la bronca que sentís. Te invaden los sentimientos de rechazo, de vergüenza, de fracaso. Y sin darte cuenta Satanás sigue construyendo sus fortalezas.
Pero no te dejés mentir por el príncipe de este mundo. Vos le entregaste tu vida al Rey y Señor del universo, al que murió y resucitó para sanarte interiormente con su poderosa VERDAD y destruir todas tus fortalezas interiores.
5. El Orgullo.
“¡No soporto que me digas que soy un inútil! ¡El inútil eres tú! ¡Inservible!”
Volvé a leer 2º Corintios 10:5. ¿Qué dos cosas deben ser derribadas?
Argumentos: Son las ideas mentirosas con las cuales Satanás nos engaña.
Altivez: Nuestros orgullos y soberbias.
Una cosa es que sientas y te digas a vos mismo: “No valgo nada”; y otra muy distinta es que alguien te diga: “Vos no valés nada, no existís”. En ese momento reaccionas violentamente y te defendés: “Yo sí valgo. ¡El que no vale nada sos vos!”.
¿Por qué reaccionamos así? Por nuestro orgullo. Esta es una reacción orgullosa. ¿Sabés por qué? Porque te han tocado donde te duele. Sentís que no vales nada, pero no podés soportar que otro te lo diga. Que otro lo descubra. El que piensa que no es querido tiene celos. La persona celosa es insegura y orgullosamente agrede a otros para protegerse a sí misma.
El que habla mal de otros lo hace para rebajarlos y sentir (con orgullo) que está por encima de ellos, que es superior.
Ideas Mentirosas + Sentimientos Negativos + Orgullo = FORTALEZAS
Eres alguien para Dios. Eres amado, aceptado, bendecido, capaz, inteligente, hermoso. Eres Su hijo y jamás te abandonará ni te dejará.
Extracto del libro “Verdades Que Sanan”
Por Edgardo Tosoni
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