El Mito de la Fe Subjetiva.

Elena se sentó a la mesa con su amiga Lucy. «Creo que cada una de nosotras tiene la fe que necesita. Quiero decir que el cristianismo no es lo único que hay. Lo importante es que uno crea».

Lucy frunció el ceño como si eso la ayudara a pensar con más claridad. «Yo creo que, después de todo, el cristianismo sólo se trata de ser salvos por fe. Así que yo creo…»

Hizo una pausa, y esta vez comenzó a hablar más despacio. «Bueno, yo creo que no es tan importante lo que uno crea, siempre y cuando uno crea lo suficiente».

Lo siento Lucy. Lo siento Elena. Eso es un mito.

Un profesor universitario recientemente le dijo a su clase: «Creo en la fe. Creo en el poder de la fe. Y he visto cómo cambia las vidas». Pero eso es existencialismo, no cristianismo. El existencialismo enfatiza que lo importante es creer, no necesariamente en qué o en quién, sino simplemente creer.

Me invitaron a un debate con el encargado del departa­mento de Filosofía en una gran universidad acerca de la teoría marxista y de los seres humanos como criaturas económicas. Yo señalé que la resurrección de Jesús era crucial para mí, además de la fe histórica bíblica.

«Mire McDowell», mi oponente interrumpió, «el punto no es la resurrección. No importa si la resurrección sucedió o no. Lo importante es si usted cree que sucedió».

«Eso está mal», contesté. «La verdad de lo que yo creo sí es importante, porque si lo que creo no es verdadero entonces no hay razón para mi fe cristiana».

Después del debate, un estudiante musulmán se me acercó. «Señor McDowell», me dijo, «conozco a algunos musulmanes que tienen más fe en Mahoma que la fe que algunos cristianos tienen en Cristo». «Eso puede ser cierto», le contesté, «pero ese no es el punto. No es cuánta fe tienes, sino en qué tienes puesta la fe».

El valor de la fe no está en la persona que cree, sino en el objeto de la fe. Tú puedes tener más fe que cualquier persona de la historia, pero si la pones en las macetas de tu sala, ¿acaso tienes una relación de salvación con Dios?, ¿tienes perdón de pecados? ¿Por qué no, si estás creyendo lo suficiente? ¡Porque el objeto de tu fe es una maceta!

Por otro lado, si tu fe es del tamaño de una semilla, y tú pones esa fe en Jesucristo: ¿Tienes una relación con Dios de salvación? ¿Tienes perdón de tus pecados? Sí. Definitivamente. ¿Qué es lo que hace la diferencia? El objeto de tu fe; en el que pones tu fe es lo que hace la diferencia.

La fe cristiana no es subjetiva, es totalmente objetiva. Por eso es que el apóstol Pablo dice en 1 Corintios 15.17: «… y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados». Pablo reconoce que esa fe subjetiva «no importa qué tanto uno pueda creer» es insuficiente para salvarnos de nuestros pecados. Pero cuando tu fe está puesta en el Jesucristo resucitado, tú eres salvo «… por gracia… por medio de la fe…» (Efesios 2.8). La fe no te salva; Jesucristo sí.

Ejercicio.

Desarrolla tu capacidad para enfrentar el mito de la fe subjetiva con este ejercicio:

Lee Juan 3:16. Nota la importancia de estas dos palabras: «en Él» con el mensaje de la vida eterna en este versículo.

Lee Juan 8.24. En este versículo, ¿enfatiza Jesús la importancia del creer o del creer en Él?

Lee Hechos 16.30-31. ¿Qué (o en quién) le dijo Pablo al carcelero filipense que creyera?

Busca Romanos 3.22 y llena los espacios en blanco en el siguiente enunciado: «La justicia de Dios por medio de la fe………………………………………………………………………….. para todos los que creen en El…» (Romanos 3.22).

Extracto del libro “No Dejes Tu Cerebro en la Puerta”

Por J. McDowell y B. Hostetler

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