Continuemos.

1. Un Éxito Tras Otro.

Dios no desea que fallemos. Él desea que un éxito siga al otro en nuestras vidas. Nuestra meta puede ser pequeña, y debe ser pequeña, si es la primera en un nuevo campo o una nueva área de habilidad. Si no estás seguro de poder ser un vencedor de gi­gantes, quizá sea debido a tu relación con Dios. Un vencedor de gigantes conoce personalmente a Dios. Tú también puedes conocerlo personalmente, siguiendo estos pasos:

1º Admite que eres un pecador (Romanos 3:23).

2º Cree que Jesús es el Hijo de Dios que murió por tus pecados (Romanos 5:8).

3º Entrégate a él pi­diéndole que sea Señor de tu vida (Romanos 10:9; Filipenses 2:9-11).

4º Repite las siguientes palabras honesta­mente, de todo corazón, convirtiéndolas en tu oración per­sonal: «Señor Jesús, comprendo que he vivido mi vida lejos de ti. Ahora veo que mi pecado me ha separado de ti. Por favor, ven a mi vida (a mi corazón, mi mente y mi espíritu), y hazme la persona que deseas que yo sea. Sé que moriste por mí en la cruz y resucitaste de la tumba para darme victoria sobre la muerte. Perdóname por vivir lejos de ti todos estos años y ayúdame a apartarme de mis viejos caminos, para andar en tus nuevos y justos caminos. Te invito a ser Señor de mi vida y te agradezco porque tú cambiarás todo. Amén».

2. Pasos Que Marcan Una Diferencia.

A. Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

B. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que sien­do aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).

C. Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levan­tó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación (Ro­manos 10:9,10).

D. Ora. (Si ya has conocido a Cristo, pero te apartaste y estás viviendo lejos de él, pídele que te ayude a alejarte de tus viejos caminos y te ayude a comenzar a crecer espiritualmente una vez más.)

Paso a paso, crecerás, y lo conocerás mejor y lo disfruta­rás mucho más. La Biblia nos dice que debemos crecer en la fe, crecer en nuestra capacidad de preocuparnos por los demás, crecer en Cristo, y crecer hasta ser totalmente ma­duros en el Señor. Nos volvemos cada vez más grandes y mejores en el Señor a medida que lo buscamos, lo invita­mos a que entre en nuestras vidas, estudiamos su Palabra y nos mantenemos constantemente en contacto con él.

Lo que se aplica a todas las áreas del crecimiento espiri­tual se aplica a la transformación de una persona con men­talidad de langosta a un vencedor de gigantes. Crecemos y cambiamos, y como parte de ese proceso, vamos apren­diendo a enfrentar gigantes cada vez más grandes… y a vencerlos. ¡No sólo pensamos como vencedores en el país de los gigantes, sino que nos convertimos en verdaderos vencedores!

Espera que tu capacidad de pensar como vencedor en la tierra de los gigantes crezca con el tiempo y con cada nue­va experiencia. Espera llegar al punto en que finalmente puedas decirte a ti mismo y a los demás: «¡Podemos vencer a este gigante!»

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Venciendo en la Tierra de los Gigantes” (Edición Para Jóvenes)

Por William Mitchell

Lee El Quinto Estudio de la Primera Semana.

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