La meditación es difícil para todos nosotros y esta es una excelente idea para aquellos que son nuevos en ella. La Biblia dice que debemos meditar en las Escrituras y esta es una buena forma de hacerlo. Pidamos a los chicos que se sienten en el piso con las piernas cruzadas formando un círculo. Coloquemos una taza de tierra y otra de agua frente a cada participante. Digámosles que deben fijarse dónde están colocadas la tierra y el agua, y que luego tienen que cerrar sus ojos y relajarse. Expliquémosles que vamos a leer algunos versículos que hemos seleccionado de Génesis y que queremos que usen su imaginación para agradecerle a Dios por su creación. Leamos los versículos y comentarios que presentamos a continuación:

Lee Génesis 1:1-3 y di: «Gracias Dios por la luz. ¿Qué pasaría si vivieras en la oscuridad? Visualiza el rostro de alguien al que ames muchísimo: un amigo, tus padres, un novio o novia. Ahora deja que ese rostro desaparezca en la oscuridad. ¿Qué pasaría si vivieras en la oscuridad? ¡Gracias a Dios por la luz!» (Mantén tus ojos cerrados.)

Lee Génesis 1:6 y di: ¿Valoras en realidad el agua? ¿Qué pasaría si se acabara? Prueba un par de gotas. Mantenla en tu boca, apréciala por un momento. Toda la vida depende de ella. ¡Gracias a Dios por el agua!».

Lee Génesis 1:9 y di: «¿Valoras en realidad la tierra? Extiéndete y tócala. Frótala entre tus dedos. Huélele. ¿Qué pasaría si la contamináramos toda? ¿Podríamos existir? ¡Gracias a Dios por la tierra!».

Lee Génesis 1:14 y di: «¿Qué pasaría si las estaciones no cambiaran? ¿Qué sucedería si siempre fuera invierno? Imagina tu jardín en casa sin flores, sin hojas en los árboles, sin arbustos verdes, no solo por algunos meses del año, sino por todo un año. ¡Gracias a Dios por las estaciones!».

Di: «Ahora recuéstate y relájate completamente mientras continuamos agradeciéndole a Dios por su creación» (Es bueno cambiar de posición para alcanzar un mejor confort y relajación.)

Lee Génesis 1:20 y di: «Gracias a Dios por los pájaros. Ellos nos enseñan a volar alto. Imagínate a ti mismo deslizándote como una gaviota. Estas volando sobre el océano. Te aproximas a la costa y ves el agua besar la orilla. Ahora aléjate volando y observa lo que quieras. Ahora mismo, en tu imaginación. Vuela tan alto o tan lejos como quieras. Vuelve a tierra en este momento. Estas caminando de nuevo sobre la costa. ¡Gracias a Dios por los pájaros!»

Lee Génesis 1:24 y di: «Ahora imagínate a ti mismo como alguna clase de animal de cualquier tipo. ¿Qué clase de animal eres? ¿En dónde vives? ¿Cómo está el clima ahí hoy? ¿Qué estás haciendo? ¡Gracias a Dios por los animales!».

Lee Génesis 1:26-27 y di: «Gracias a Dios por ti. ¿Te aprecias a ti mismo? Mantén tus ojos cerrados. Pasa tu mano por tu cabello. ¿Es fino o grueso? Ahora toca tu oreja. Pasa tu dedo por el borde. Siente su forma. Ahora sin abrir tus ojos, pon tu mano frente a tu rostro. Trata de recordar cómo se ve. Trata de imaginar cuántas líneas recorren la palma de tu mano. Trata de sentir cómo las venas pasan a través de la parte de atrás de tu mano. Ahora abre tus ojos y mira cuidadosamente tu mano, y agradécele a Dios por ti. Oremos. Querido Dios, te agradecemos por toda tu creación. Ayúdanos a nunca dar por sentado todo lo que has hecho. En el nombre de Jesús. Amén».

Cada sección debe ser leída lenta y tranquilamente, con pausas luego de cada pregunta. Las preguntas incluidas son retóricas y no deben ser contestadas. Toda la meditación es susceptible de ser adaptada a nuestra propia área geográfica. (Douglas Iben).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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