Texto: DEUTERONOMIO 30 (leer con Biblia mano)

LA RESTAURACIÓN DEL PACTO
¿De qué manera se puede restablecer el pacto con Dios luego de haberlo roto? ¿Qué hay que hacer? (vs.1-2, 8 y 10)
Estos 4 versículos establecen claramente las condiciones para la restauración del pacto luego de haberlo roto:

  • Tienes que arrepentirte.
  • Tienes que convertirte.
  • Tienes que oír nuevamente a Dios.
  • Tienes que obedecerlo con todo tu corazón.

El castigo de Dios solamente dura mientras dure nuestra terquedad y rebeldía. Si rápidamente reconoces tu error, si rápidamente decides cambiar, si rápidamente pides perdón, si rápidamente te vuelves a Dios, Él rápidamente te perdonará y restaurará. Seguramente seguirás sufriendo las consecuencias negativas de tus malas decisiones, pero habrás restaurado la relación con Dios, y este es el primer paso para que de a poco, todo lo demás comience a ordenarse y sanarse.
El juicio de Dios siempre estará acompañado de su misericordia y restauración. Siempre habrá perdón para aquel que vuelva a Dios con arrepentimiento y confesión. El pacto puede ser nuevamente restablecido entre nosotros y Dios.

¿De qué manera nos restaura Dios? ¿Qué hace Él luego de nuestro arrepentimiento? (vs.3-7 y 9)

  • Tendrá misericordia.
  • Nos recogerá.
  • Nos hará bien y nos multiplicará.
  • Sanará nuestros corazones y el de nuestra descendencia para volver a amarlo.
  • Maldecirá a nuestros enemigos.
  • Volverá a bendecirnos con abundancia.
  • Se alegrará y se deleitará con nosotros.

¡Wooooooowwwww! ¡Increíble! ¡Así es Dios! ¡Ponte de pie y aplaude! ¡Agradécele! ¡Alábalo! Dios está más interesado en sanarnos y bendecirnos que en disciplinarnos, en darnos más que en quitarnos. No seas terco/a.

LAS ELECCIONES DEL PACTO
¿Qué les explica claramente Moisés? (vs.11-14)
¡Claro! ¡Basta de excusas tontas! Renuncia a ellas. No tienes que viajar al otro lado del planeta, ni hacer una peregrinación a otra ciudad, ni caminar de rodillas, ni escalar el Everest… ¡Dios está cerca! ¡Muy cerca! Él está a la distancia de una oración. La palabra que te sana, que te acerca a Dios, que te bendice y restaura, ¡está en tu boca! ¡Habla la Palabra de Dios! ¡Declara la Palabra de Dios! ¡Ora la Palabra de Dios! Libera el poder de la Palabra de Dios declarándola y orándola. Entonces, todo el cielo vendrá en tu ayuda y el poder de Dios se manifestará sobre tu vida.

¿Qué elección importantísima tendrán que hacer? (vs.15-18)
Escribe mi pastor Daniel Cattaneo: “Nos tiene que quedar claro que hay un escoger y que hay un lugar al que esa elección nos lleva. La bendición o la maldición son lugares a los que accedemos con elecciones. No se trata de suerte, de desgracia… se trata de decisiones. Aún cuando me abstenga de tomarlas, cuando no elijo estoy eligiendo, porque si el mal triunfa por mi abstención o el bien triunfa por ella, estoy inclinando la balanza en un sentido y siendo responsable de que ello ocurra”.
La obediencia te lleva al lugar llamado BENDICIÓN.
La desobediencia te lleva al lugar llamado MALDICIÓN.
Elige a qué lugar quieres ir y cómo quieres vivir.

¿Cómo concluye Moisés su último mensaje? (vs.19-20)
Él pone a los cielos y a la tierra como testigos de todas las palabras de vida y muerte, de bendición y maldición, que les había enseñado, para que sean ellos quienes escojan la manera en la que quieren vivir.
Dios habla claro y directo. Y en cada una de sus palabras nos desafía a tomar decisiones y a escoger, entre ser calientes o ser fríos, entre el compromiso total con Él o el desinterés por sus cosas. Entre ser parte de su reino viviendo según sus deseos o ser parte del mundo gobernados por Satanás. Entre la santidad o el pecado. Entre la sujeción o la rebeldía. Entre el amor o el egoísmo. Entre el gozo y la alegría o la amargura y el pesimismo. Entre vivir En Cristo o vivir en nuestras propias ideas. Entre Su verdad o nuestras mentiras.
Dios no soporta a los tibios. Ni a los que quieren ser bendecidos sin dejar de hacer lo que ellos mismos quieren. Escoge. Decídete. Una cosa o la otra. No puedes quedarte en el medio. Elige el lugar al que quieres ir.

Extracto de «Serie Desafios: Deuteronomio» por Edgardo Tosoni


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