Pasaje clave: Deuteronomio 16 y 17.

Moisés continúa con sus “apretadas síntesis”, aunque muy claras y prácticas, dándoles indicaciones acerca de cómo celebrar la Pascua, probablemente la más importante de las fiestas judías (16:1 al 8).
Y luego continúa luego explicándoles cómo celebrar…

La Fiesta de las Semanas.

¿Qué hacían en esta fiesta además de pasarla muy bien? (16:9 al 12).
“Dar voluntariamente de la abundancia que cada uno tenía”, éste era el sentido de la Fiesta de las Semanas.
¿Dispones de tiempo? Dalo voluntariamente para servir a Jesús.
¿Dispones de dinero? Entrégalo voluntariamente para la multiplicación de su Reino.
¿Dispones de talentos y dones?  Ofréndalos para ministrar a Dios y bendecir a los hermanos.

Moisés prolonga su charla y les explica varios aspectos relacionados con la Fiesta de los Tabernáculos (16:13 al 17) que ya vimos en Levíticos 23.

Nuevas Enseñanzas.

¿De qué otras maneras practicarían el amor hacia sus hermanos? (16:19-20).
¿Cómo tratarían a los hermanos idólatras? (17:2 al 5).

Hoy no matamos a ningún hermano por su pecado, pero la iglesia, por medio de sus pastores y lideres, lo disciplina hasta que se arrepienta y acepte cambiar su manera de vivir. Disciplinar y corregir también son parte del amar a los hermanos y valorarlos aunque parezca todo lo contrario.
Si alguien no nos importa, no lo tenemos en cuenta. Dejamos que haga lo que quiera ya que su vida no nos interesa. Pero cuando lo amamos y vemos que no está siendo santo delante de Dios y que a sí mismo se está lastimando, entonces lo disciplinamos y corregimos. Y lo hacemos porque lo valoramos, porque él es importante para nosotros.

No nos gusta que nos corrijan. Es doloroso y causa vergüenza; pero más doloroso y triste es sentir que no le importamos a nadie. ¿No te parece?

¿Cualquier hermano podría ir y acusar a otro? (17:6).
¡Testigos, se necesitan!
¿Cómo actuarían en situaciones que fuesen de difícil resolución? (17:8 al 12).
¡Consultar a los levitas y jueces según Dios lo indique!
¿Qué actitudes y qué clase de ejemplo tendría que dar aquel que fuera elegido rey (o líder, o pastor, o discipulador, o evangelista)? (17:16 al 20).

¿Entiendes? Tendría que cuidarse:

  • De las tentaciones del poder (“aumentar para sí caballos“).
  • De las tentaciones del sexo (“muchas mujeres”).
  • De las tentaciones del dinero (“amontonar plata y oro”).
  • De las tentaciones de la soberbia (“elevar su corazón sobre sus hermanos“).

Y cada día tendría que buscar primero a Dios para ser corregido y enseñado con la Palabra, para no alejarse de Él y para aprender a vivir en humildad.

Las mismas tentaciones de poder, sexo, dinero y soberbia son las que enfrentamos hoy, especialmente quienes ocupan posiciones de liderazgos masivamente conocidos. ¡Bah! aunque no los conozca ni su madre también están expuestos a estas tentaciones. Pero a mayor reconocimiento público mayor la presión que mete Satanás buscando, y probando de distintas maneras, puntos débiles para tumbar a los escogidos de Dios.

Piénsalo.

¡Cuídate de estas cosas! Aunque seas adolescente (y no masivamente conocido) querer ejercer poder sobre otros, ser sexualmente estimulado, disponer de dinero a tu antojo o sentirte más que otros, serán las armas más poderosas usadas por Satanás para destruir tu relación personal con Jesús y frustrar los propósitos de Dios para tu vida.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio»

Por Edgardo Tosoni

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