Pasaje clave: Génesis 35.
¡Y QUÉ BUENO QUE LO HIZO!
Después de las trágicas decisiones del capítulo anterior: la violación de Dina, la total pasividad de Jacob y la matanza salvaje de todos los hombres de Siquem, ¿cómo interviene Dios? (vs.1)
Era completamente inseguro seguir viviendo en Siquem. En cualquier momento alguien querría vengarse de Simeón y de Leví por la despiadada y sangrienta matanza que provocaron, y aunque Jacob ya se los había dicho (34:30), seguía muy pasivo. Y a causa de su pasividad, y a causa del riesgo que la familia de Jacob corría, Dios interviene.
Ahora sí, Jacob se mueve. ¿Qué le pide a su familia? (vs.2-3).
¿Cómo reaccionan al pedido de Jacob? (vs.4).
La familia de Jacob no la tenía muy clara espiritualmente hablando. En el capítulo anterior estuvieron casi a punto de mezclarse con paganos. Y ahora, al sacar sus dioses ocultos, dejaban entrever que durante muchísimo tiempo habían vivido con un corazón dividido, mezclado con los ídolos.
Luego de entregárle todo a Jacob, ¿qué hace él? (vs.4)
Usar accesorios no tiene nada de malo. Sin embargo, en tiempos de Jacob, la gente llevaba aretes (aros) como amuletos de buena suerte o de protección. La familia de Jacob tuvo que deshacerse de todas las influencias paganas, incluyendo los accesorios a los dioses extraños.
¿QUÉ ES UN “DIOS AJENO”?
Un “dios ajeno” es alguien a quien admiras o amas con veneración. Por ejemplo: un ídolo de la música, del fútbol, del cine o de la política. Un santo o una virgen a quienes les rezas. Un líder o pastor a quién admiras más allá de lo normal. Incluso puede llegar a ser esa chica o chico que tanto te gusta y que ha ocupado completamente tu vida: no comes, no duermes y hasta te enfermas por lo que sientes por ella o él. ¡Una exageración total!
Un dios ajeno también es cualquier cosa en la que pones tu confianza esperando que sea eso, y no la fe en Jesucristo, lo que cambie tu vida, lo que te haga feliz o produzca algo milagroso. Por ejemplo: la magia, el horóscopo, los amuletos, el dinero, la marca, la tarjeta de crédito, los logros académicos, tus propias capacidades, inteligencia o dones, etc.
Dioses ajenos también son todos aquellos que te provocan e incitan a pecar.
Ten en cuenta que cualquier dios ajeno en tu corazón es una mezcla. Sin embargo Dios desea muchísimo que te animes a imitar a Jacob y a su familia renunciando a todo dios ajeno y limpiando tu corazón para que Él sea tu único Dios. Él es tu Creador, tu Salvador y tu Papá. Adóralo sólo a Él.
Mira las tres decisiones que tuvieron que tomar:
- Sacar todos los ídolos oculto. Renunciar.
- Limpiarse (lavarse, bañarse). Confesar.
- Cambiarse de ropas. Santificacarse.
Primero renuncias a lo que sabes que no es de Dios en tu vida, a lo que divide tu corazón. Lo confiesas, lo renuncias, te lo sacas de adentro (¡y de afuera si es un objeto!). Y luego te santificas. O sea, te vuelves a entregar con todo tu corazón a Dios. ¿Y cómo haces esto? Orando. Habla con Él y dile:
“Aquí estoy Señor para entregarme de nuevo a ti. Para que me perdones y me limpies, para amarte solo a ti como lo más importante en mi vida. Aquí estoy Señor para volver a confiar en ti, para obedecerte y seguirte solo a ti. Guíame, enséñame y úsame conforme a tu corazón. Creo y declaro que tú eres mi Creador, mi Salvador y mi Papá”.
Jacob y su familia viajan unos 30 kms hacia el sur, desde Siquem hasta Bet-el (vs.5-6). Y allí, ¿qué hace él? (vs.7, 14-15)
Allí en Bet-el había estado Jacob 30 años atrás cuando huía del hermano. ¿Te acuerdas qué le había prometido él a Dios? (Día 38). Ahora cumple con su palabra y edifica un altar a Dios y derrama aceite sobre él como símbolo de consagración.
UN ENCUENTRO REAL CON DIOS 3
¿Cómo bendice Dios a Jacob? (vs.9-12).
La bendición siempre viene después del arrepentimiento y la confesión de pecados. Después de renunciar a todo aquellos que ocupa el lugar de Dios.
¿Quieres bendiciones? Renuncia a tus dioses ajenos.
¿Sabías que a ti también Dios te cambió el nombre? Ya no eres más el “pecador”, “el tonto”, “el inútil”, “el mujeriego”, “la fracasada”, “la fea”, “la abandonada”, la “enferma”. Tu nuevo nombre es Escogido, Amada, Perdonado, Redimida, Santo, Hija, Aceptado, Valorada, Capaz. ¡Disfrútalo!
¿Quiénes mueren y quién nace? (vs.8, 18-20 y 27-29)
Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis Edición Extendida»
Por Edgardo Tosoni
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