Pasaje Clave: Josué 2:1-7

EXPLORAR, ANTES DE CONQUISTAR
¿Qué orden bien específica le da Josué a sus hombres? (vs.1)
Antes de conquistar la tierra, hay que explorarla. Es necesario conocer el territorio, la ubicación, el estado de las ciudades, sus fortalezas y debilidades, el poderío de sus ejércitos. Toda la info que los espías pudieran obtener le ayudaría a Josué para armar la estrategia de batalla.
Aunque resulte muy obvio, este es un principio básico que no puedes ignorar: explorar antes de conquistar. Por ejemplo:

  • Antes de conquistar a la chica o al chico de tus sueños, tómense tiempo de “solo amigos” para conocerce. Ese tiempo de amistad confirmará o no, si es la persona con la que te gustaría pasar el resto de tu vida.
  • Antes de meterte a cursar una carrera terciaria o universitaria, infórmate de todas las posibilidades que te brindará a futuro, costos, materias, tiempo, y si realmente es de lo que quieres vivir cuando te recibas. De lo contrario abandonarás en la mitad y habrás perdido tiempo y dinero inútilmente.
  • Antes de asumir el compromiso de servir a Dios, habla con tus padres y tus líderes para que ellos te guíen. No tomes un compromiso si luego vas a abandonar metiendo un montón de excusas y borrándote.

Los espías obedecen inmediatamente, y cuando llegan a Jericó, ¿en dónde pasan la noche? (vs.1)
Mmmmmmm… ¿qué hacían estos dos espías en la casa de una prostituta? ¿Y por qué se quedaron justo ahí, a pasar la noche? Mmmmmmmm… ¿Tú qué piensas?
Dejando a un lado la opción sexual, la casa de Rahab era el lugar perfecto para que los espías se escondieran, porque al ser una casa pública, la gente entraba y salía todo el tiempo y ellos no llamarían tanto la atención. Pero además, hay otro motivo: Dios había dirigido a los espías a la casa de la única persona en todo Jericó que creía en Él: Rahab. ¡Y esto es genial!

Sin embargo, ¿qué sucede a continuación y qué hace Rahab? (vs.2-5)
Pero en realidad, ¿en dónde estaban los espías? (vs.6-7)
Paremos un momento acá, así te explico un par de cosas importantes.

EL PECADO NUNCA ES OPCIÓN…
…aunque en el momento lo veas como la mejor salida.
No importa de qué pecado estemos hablando. Desde los más perversos, violentos y horribles hasta los más “comunes” (comunes para nosotros, no para Dios), el pecado es pecado y en mayor o menor medida siempre tendrá consecuencias. Un odio por acá, un celo por haya, una envidia, una bronca, una mirada con doble intención, un chisme, una descalificación, un grito…

Pensemos específicamente en Rahab:
1. Dios no aprueba la prostitución. La prostitución masculina o femenina, la trata de blancas, el abuso sexual, las violaciones, son perversiones. Dios no las avala, no las aprueba y nosotros tampoco. Lo que está mal, está mal.
No te prostituyas. No vendas tu cuerpo. Sí, es cierto, en una hora puedes ganar 10 veces más que en todo un largo día de trabajo… pero te hundes en un chiquero que te destruye completamente. Te atas sexual y espiritualmente a personas y a demonios. Te vuelves el “juguete” que otros usan y luego desechan cuando se cansan de ti, o cuando aparece alguien más joven o con mejor cuerpo. Pierdes tu dignidad, pierdes tu valor, pierdes el respeto por ti misma/o, pierdes tu libertad (porque te vuelves esclavo de un montón de adicciones), pierdes el propósito de tu vida para el cual Dios te creó (y no lo recuperas con todos los billetes que ganas). Las heridas de tu interior no las sanas con dinero ni con los regalos que recibes.
¡Dios no te creó juguete de nadie!
Escucha: necesitas volver al único amor que no te usa, no te abusa, no te deja marcas de dolor, no te compra ni te vende, al único amor que no te juzga, no te rechaza, no te golpea ni te maltrata. Necesitas volver al amor que dura para siempre, que nunca se acaba, al amor que te entiende, que te perdona y te banca, a ese amor de las segundas oportunidades aunque sea muy feo o malo lo que hayas hecho. Necesitas volver al amor de Dios.

2. Dios tampoco aprueba la mentira. Mentir, engañar, encubrir para zafar de lo que sea, solo te traerá mayores problemas porque tarde o temprano la verdad se sabrá y las consecuencias serán mayores.
Dice la pastora Cindy Ortíz: “Lo bueno de decir la verdad, es que jamás tendrás que recordar qué mentira dijiste”. La verdad te hace libre.

En conclusión: Rahab (su nombre significa “orgullosa”), era prostituta y además mintió deliberadamente para proteger la vida de los espías, ¿por qué, entonces, dije antes que ella era la única que creía en Dios?

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Josué.

Por Edgardo Tosoni

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3 COMENTARIOS

  1. Gracias por los devocionales, han sido divetidos y a la vez interesantes para estudiarlos y querer seguir buscando más todos los días la palabra de Dios.

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