Pasaje Clave: 1º Crónicas 12
Aquí tienes otro capítulo de valientes, pero esta vez no se refiere a una elite escogida y exclusiva de valientes sino a todo un ejército ellos.
¿Qué dicen de ellos los vs.1, 4, 8, 21-22, 25, 28, 30 y 33?
Estos eran los hombres de los que se rodeó David, ¿sabes por qué? Porque un valiente (y David lo era y mucho) atrae a valientes. Un valiente nunca se va detrás de un cobarde. Nunca verás a un valiente seguir a un cobarde. Los valientes buscan a otros valientes. Los valientes se asocian con valientes. Los valientes se hacen amigos de valientes.
Hoy nuestra guerra no es contra las personas. No pierdas el tiempo peleando con tus amigos o compañeros del colegio. No malgastes energías peleando con tus padres, ni con la gente que te rechaza o desprecia. Porque tu guerra no es contra ellos, tu guerra es contra Satanás, contra sus sucios demonios, contra el infierno que te odia y quiere lo peor para tu vida. Nuestra guerra es espiritual. No es una guerra de pistolas, cuchillos o escopetas. Nuestras armas son espirituales y poderosas para frenar a toda la horda de inmundos demonios.
- Dios te ha dado el escudo de la fe.
- Dios te ha dado la espada de su Palabra poderosa para que la declares.
- Dios te ha dado el misil de la oración que atraviesa el mundo espiritual.
- Dios te ha dado el poder de la alabanza y la adoración que ningún demonio puede resistir.
- Dios te ha dado la autoridad del nombre del Señor Jesús ante el cual hasta el más despreciable espíritu inmundo tiene que retroceder.
Estas son algunas de tus armas. ¡Armas poderosas para valientes!
Porque es muy fácil agarrarte a las trompadas con alguien, pero no es tan fácil ponerte de rodillas y buscar a Dios.
Es muy fácil chismear con tus amigas y criticar a los que te caen mal, pero no es fácil perdonarlos y entregarlos en las manos de Dios.
Es muy fácil tener miedo y vivir asustado, pero no es tan fácil declarar en fe la palabra poderosa de Dios contra todo espíritu de temor.
Es muy fácil quejarte todo el tiempo, pero no es tan fácil inclinarte y adorar a Dios dándole gracias por todo lo que te sucede.
Tienes las armas, pero ¿eres valiente o eres cobarde para usarlas?
Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 1º Crónicas”
Por Edgardo Tosoni
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