Pasaje clave: 1º Crónicas 13.

Supongo que sabes lo que es un GPS. Todos los autos (carros) 0 km traen uno incorporado, y si no se pueden comprar y agregar (es lo que tuve que hacer en mi Fiat Regata Modelo 92 que no lo traía, ja ja ja). Pero si no sabes, básicamente se trata de un aparato electrónico conectado vía satélite que te “dibuja” un mapa y te indica cuáles son las rutas, avenidas o caminos que tienes que seguir para llegar a tu destino. Aunque nunca hayas ido a ese lugar, si sigues las indicaciones del GPS llegarás, no puedes perderte. Espiritualmente hablando también tenemos un GPS y en éste capítulo lo vamos a descubrir.

David toma una decisión importantísima. Se determina a hacer algo. ¿Cuál es el deseo de su corazón? (vs.1-3)

¿Qué es el arca de Dios? (no, no es el arca de Noé, nada que ver). Éxodo 25:10-22 da los detalles de su construcción. También se la llamaba “arca del pacto” y por medio de ella Dios hablaría y guiaría al pueblo. El arca representaba la presencia de Dios. Era un símbolo visible de la presencia invisible de Dios.

¿Qué había adentro del arca? (Hebreos 9:3-4)

  • El maná (que representa la provisión y los recursos de Dios).
  • La vara de Aarón (que representa la autoridad de Dios).
  • Las tablas de la ley (que representa los mandamientos de Dios, su palabra).

El arca representaba la verdadera presencia de Dios, toda la revelación de Dios sobre sí mismo. Y era para la nación de Israel el centro del culto y la más sagrada de sus posesiones.

Sin embargo, ¿cuánto hacía que nadie la consultaba? (vs.3)

¡Qué locura! Habían pasado cerca de 70 años desde que el arca había sido tomada por los filisteos, y posteriormente llevada a la casa de Abinadab (1º S.4:1-11, 5, 6, 7:1-2). ¡Y en todo ese tiempo nadie la había consultado! ¿Entiendes? ¡Tenían la presencia poderosa y gloriosa de Dios y por más de 70 años la habían ignorado! Es como si tuvieras en tu casa una potentísima lámpara pero todo el tiempo vivieras en oscuridad. Es como si tuvieras un equipo de audio poderosísimo pero vivieras en absoluto silencio.

¡Era la presencia de Dios! Era la gloria de Dios, el poder de Dios, la revelación y sabiduría de Dios, era todo lo que ellos necesitaban para que les fuera bien… ¡y la ignoraban! ¡La habían dejado juntando polvo en un rincón oscuro y húmedo! ¡Siempre estuvo con ellos y no la tenían en cuenta! Pero muy pronto esto cambiaría…

¿Qué hace David contando con la aprobación de los líderes? (vs.5-7).

¿En dónde llevaban el arca y quiénes la guiaban? (vs.7).

Este es el primer error que cometen. El arca debía ser llevada por los sacerdotes sosteniéndola con las varas y no sobre un carro (Ex.25:13-15).

¿Con qué actitud la trasladaban? (vs.8).

¡Por supuesto! ¡Era pura fiesta de alabanza y adoración! Después de años de indiferencia y frialdad espiritual recuperaban la presencia de Dios. Pero en medio de la fiesta… algo sucede…

El carro casi se cae, ¿y cómo reacciona Uza? (vs.9).

El nombre Uza significa “fuerza”. Y al ver que los bueyes se tropezaban y que el arca de la presencia de Dios podía caerse, Uza recurre a su fuerza para sostenerla. Y este fue el segundo error cometido ese día.

¿Qué hace Dios con Uza y por qué? (vs.10).

Tal vez te parezca demasiado dura la actitud de Dios, pero piensa en lo siguiente: Por más de 20 años el arca había estado en su casa (1º S.7:1-2), él estaba acostumbrado a verla, había “confianza” y esa confianza desmedida lo llevó a la desobediencia porque el arca no podía ser tocada (Nm.4:15). El arca no era un amuleto mágico. No era un objeto que pudieras usar y dejar, llevar y traer a tu antojo, ¡no! El arca representaba la presencia santa y magnífica de Dios, no era un juguete. No podía ser manipulada ni tratada con irreverencia.

Tienes que honrarla y respetarla. ¿Significa que la presencia de Dios es peligrosa? ¡No, para nada! Lo peligroso es desobedecer y pecar y sentir que está todo bien y que no habrá consecuencias por lo que haces. ¡Eso es lo peligroso!, no la presencia de Dios.

Mira lo que sucedió con el arca en la casa de Obed-edom (vs.12-14).

3 meses estuvo la presencia de Dios con ellos, ¡y bendijo todo lo que tenía! ¿Entiendes? Lo que necesitas es la presencia de Dios. Búscala, ámala. Enamórate de Jesús. Él te bendecirá, te sanará, te protegerá, te librará del mal, te prosperará, te perdonará, y lo hará ahora y siempre.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 1º Crónicas”

Por Edgardo Tosoni

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