Pasaje clave: Deuteronomio 14 y 15.

En el capítulo 14:1 al 21 encontrarás un repaso, sintetizado, de los animales limpios e inmundos que podrían o no comer. En muy pocos versículos, Moisés resume varios capítulos del libro de Levíticos (11 y 12).
Repasémoslo rápidamente:

Animales que sí podrían comer.
¿Qué características tenían y cuáles se mencionan como ejemplo? (14:4 al 6).
¿Qué tipos de peces podrían incluir en su alimentación? (14:9).
¿Qué tipo de aves comerían? (14:11, 20).

Animales que no podrían comer.
¿Qué característica tenían y cuáles son mencionados como ejemplo? (14:7-8).
¿Y con respecto a los peces? (14:10).
¿Qué tipos de aves no comerían nunca? (14:12 al 18).
Además, no debían incluir insectos alados de ningún tipo en su alimentación (14:19).

Y Ahora…, a Diezmar.

¿Qué orden terminante les da Dios con respecto a los diezmos? (14:22).
¿Cómo tendrían que proceder con respecto a los diezmos de sus frutos? (14:23 al 26).
Las indicaciones con respecto al diezmo de los frutos son sustancialmente distintas a la que vimos en Números 18. Repásalas y observa las diferencias.

Valorándonos.

¿Qué actitud de amor deberían mostrar hacia sus hermanos levitas? (14:27-29).
La nueva generación debería aprender a valorarse y a valorar a sus hermanos. El otro, sin importar su edad, tribu o clase social, debería ser tratado con interés, respeto y amor.

En el capítulo 15 encontrarás indicaciones bien prácticas para mejorar las relaciones sociales y desafiarlos a practicar el amor mutuo.
Por ejemplo:
¿Que harían cada 7 años con los hermanos deudores? (15:1-3).
¿Cuál era el propósito de hacer remisión? (15:4-5).
¿Te das cuenta cómo Dios cuida hasta el último detalle aún en los aspectos concernientes a las relaciones entre las personas?
Dado que existía la posibilidad de que alguno “patease en contra” y se negara a perdonar todas las deudas de sus hermanos al séptimo año, Dios les deja bien en claro que la bendición sería doble: Por un lado no habría mendigos en el pueblo, y por el otro, “el perdonador” sería abundantemente bendecido.

¿Cómo tenían que tratar a los hermanos pobres (menesterosos)? (15:7-11).
¿Prestaste atención a la advertencia del versículo 9?
¿Qué considera Dios como pecado?
Si Dios determina que algo es pecado, es pecado y punto. No valen los argumentos o razonamientos que queramos presentar para justificarnos o para evadir nuestra responsabilidad. Algo es bueno porque Dios dice que es bueno y algo es malo porque Dios dice que es malo.

¿Qué actitud deberían tener con aquellos hermanos que fueran sus sirvientes o que trabajaran para ellos? (15:12 al 15, 18).
¿Qué harían con el hermano que no quisiera dejar de servirlos o de trabajar para ellos? (15:16-17).

Piénsalo.

¡Esto es espectacular! No bastaba con decirle al criado: “Bueno flaco, ahora estás libre. Que te vaya bien. Disfruta la vida”. ¡No!
La despedida tenía que ir acompañada de ovejas, vacas, frutos, vino, cosechas, ¡y todo aquello con lo que el patrón hubiese sido bendecido y prosperado! Porque aquella persona no era solamente “un esclavo”, ¡primeramente era su hermano! y debía tratarlo como tal, bendecirlo y ayudarlo. De la misma manera en la que tú y yo tenemos que valorarnos hoy.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio»

Por Edgardo Tosoni

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