Pasaje clave: Juan 11.

En Betania, en la región de Judea, muy cerca de Jerusalén (vs.18) vivían tres hermanos: María, Marta y Lázaro. Y los tres eran amigos íntimos de Jesús.

¿Qué sucede con Lázaro y qué deciden hacer las hermanas? (vs.1-3).

Cuando Jesús recibe la noticia, ¿qué les dice a sus discípulos? (vs.4).

¡Woooowww! Sólo Jesús puede decir algo así. “Su enfermedad es para la gloria de Dios”. En otras palabras: con lo que sucederá Dios recibirá toda la gloria y el reconocimiento.

Debo reconocer que no es la manera en la que pensamos habitualmente. No es nuestra forma “natural” de pensar, pero está claro, Dios no piensa como nosotros. Si alguien está enfermo pensamos: “se sana”, “empeora”, “se muere”, “es terrible”, “es una desgracia”, “por qué a nosotros Dios, por qué a nosotros”, y mil cosas más que nos cruzan por la cabeza, pero… pensar que es “para la gloria de Dios y que él recibirá el reconocimiento y la honra” es un pensamiento muy, muy loco. Es en lo único en lo que no pensaríamos.

Jesús amaba a Lázaro pero en lugar de salir corriendo hacia Betania, ¿qué hace? (vs.5-6).

¡Se queda 2 días más al otro lado del Jordán! No mueve un músculo, no hace nada (nada que nosotros sepamos, obviamente). Y cuando finalmente decide cruzar el Jordán e ir a Judea para ver a Lázaro, ¿con qué noticias se encuentra? (vs.17).

¡Su amigo había muerto! Y hacía ya 4 días. Cuando Jesús recibió la noticia Lázaro estaba enfermo… ¡pero vivo! Ahora está muerto.

Marta sale a recibirlo (vs.20) y más tarde María (vs.28-30). Y ambas le dicen exactamente lo mismo cuando lo ven: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (vs.21, 32). Inmediatamente las personas comienzan a lanzar sus opiniones y comentarios. Mira en el vs.37 lo que decían. Somos expertos en criticar.

Todo estaba mal. Había dolor, angustia, muerte, críticas, preguntas sin respuestas, acusaciones. ¿Puede salir algo bueno de todo esto? ¿De qué manera puede glorificarse Dios en medio de semejante caos?

¿No era más fácil sanarlo mientras aún estaba vivo?

¿No es demasiado tarde ya? ¿De qué sirve orar y clamar ahora si ya perdimos lo que amábamos?

Si hubieses estado aquí…  esto no habría sucedido.

Si hubieses estado aquí… no habrían abusado de mí.

Si hubieses estado aquí… mis padres no se habrían divorciado.

Si hubieses estado aquí… no me habrían engañado y traicionado.

Si hubieses estado aquí… aún tendría mi trabajo.

Si hubieses estado aquí… nadie me habría maltratado.

Si hubieses estado aquí… mi familia no estaría peleada y dividida.

Si hubieses estado aquí…

¿Qué le responde Jesús a Marta? (vs.23, 25-26, 40). ¿Prestaste atención a su respuesta? Lo que le dice a Marta es lo mismo que te dice a ti y a mi: “Si cree verás la gloria de Dios”.

¿Por qué no sanarlo mientras estaba enfermo? Porque hubiera sido fácil.

¿Por qué después de 4 días en estado de descomposición y no antes? Porque hubiera sido fácil.

¿Por qué no cuando aún tenía trabajo Porque hubiera sido fácil.

¿Por qué no antes cuando todavía quedaba un poco de amor y confianza? Porque hubiera sido más fácil.

¿Por qué no antes cuando no me había engañado y aún me era fiel? Porque hubiera sido fácil.

¿Por qué no antes cuando teníamos un lugar dónde vivir? Porque hubiera sido más fácil.

¿Por qué ahora y no antes? Porque hubiera sido fácil.

Para que Dios se glorifique, humanamente hablando la situación tiene que llegar a un punto de imposibilidad absoluta (aunque no siempre es así). Entonces ahora, cuando ya no existe ninguna posibilidad de cambiar la realidad, cuando todo está muerto, cuando el diagnóstico es terminal, cuando el enemigo se ríe en nuestras caras y se levanta triunfante contra nosotros, Jesús viene y nos dice: “Si crees verás la gloria de Dios”. ¡Si crees verás!

¿Crees? ¿Puedes hacerlo? ¿Puedes creer que lo que durante años fue imposible en sólo unos instantes será hecho?

¿Puedes creer que el amor que ha muerto resucitará?

¿Puedes creer que las confianzas rotas serán restauradas?

¡¿Puedes creerlo!? Si lo crees sucederá. Si lo crees lo verás (vs.41-45).

No argumentes, sólo cree. No opines, sólo cree. No luches más, sólo cree. ¡Cree! Y él lo hará, porque Jesús hace lo que es imposible para que Dios reciba toda la gloria.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Juan”

Por Edgardo Tosoni

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí