Como en Gabaón estaba el santuario pagano más importante, Sa­lomón acostumbraba ir allá para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil holocaus­tos; y allí mismo se le apareció el Señor en un sueño, y le dijo: -Pídeme lo que quieras (1º Reyes 3:4-5).

Tengo que confesarte que recién en este momento descubrí que Dios conversó con Salomón y le ofreció “lo que quiera”, luego de que el joven rey había ofrecido mil holocaustos en el santuario pagano más importante de la región.

El capítulo 3 comienza diciendo que Salomón se casó con la hija del Fa­raón y la llevó a vivir en la ciudad de David, mientras él terminaba de construir su palacio, el Templo y el muro de la ciudad de Jerusalén. Inmediatamente, nos informa que el pueblo continuaba ofreciendo sacrificios en los santuarios paganos y que, aunque Salomón amaba al Señor, también iba a los santuarios paganos para ofrecer sacrificios y quemar incienso.

No sé si ese sería el momento ideal de la vida de Salomón para que Dios le ofreciera “lo que quiera”. Si tuviera la posibilidad de decidir, creo que el joven rey está más cerca de una disciplina eclesiástica que de una bendición divina. Pero ¡alabado sea Dios! El Cielo piensa y actúa de manera diferente

Queda claro que Dios entiende algunas razones, acepta algunas intenciones y apoya ciertas actitudes que nosotros, finitos seres humanos, no conseguimos entender, ni aceptar ni apoyar. Nos quedamos con la forma externa: nos olvi­damos del fondo y tomamos decisiones equivocadas. En su perfección, Dios consigue ver mucho más allá.

Si bien es cierto que Gabaón era el lugar de cultos paganos más importante de la región, no es menos cierto que allí estaba el Tabernáculo que había sido construido en el desierto. Y mientras se terminaba de construir el Templo, era la mejor opción que Salomón encontró. Si bien es cierto que quemó incienso, fue parte de un servicio religioso realizado para consagrarse plenamente a Dios.

Dios te busca donde tú estés. Esa es la buena noticia. Y cuando te encuentra, te dice: “Pide lo que quieras”. Puede ser que no sea el mejor lugar, ni la mejor circunstancia, ni el mejor momento, pero un corazón sincero y dispuesto a obedecer es todo lo que Dios necesita para llenarte de bendiciones. Entrégate hoy: él quiere lo mejor para ti; sin importar donde le encuentres.

Extracto del libro 365 Vidas

Por Milton Bentancor

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí