Pasaje Clave: Esdras 10:10-44

Una cosa es “decir” que vamos a hacer algo y otra muy distinta es hacerlo. Ayer vimos cómo el liderazgo y el resto del pueblo se comprometieron y juraron que realizarían determinadas acciones para corregir lo que habían hecho mal y para restaurar la santidad… Ahora hay que realizarlas. El problema del pecado tiene que ser resuelto.

QUIÉN ES ESDRAS 4
Luego de 3 días, y debajo de una intensa lluvia (vs.9), todo el liderazgo y el pueblo de Israel se reúnen para escuchar a Esdras.
¿Qué les dice? ¿Cómo los trata? (vs.10-11)
En este brevísimo discurso de Esdras también descubrimos características y cualidades de su carácter.

1. Se levanta como sacerdote de Dios (vs.10).
Para Esdras, ser sacerdote no es un “título” ni un “cargo” para ganar reconocimiento, fama y muchos “likes”. Ser sacerdote de Dios es un estilo de vida. Es vivir de acuerdo a su fe, a sus valores y convicciones. Es vivir lo que cree y lo que predica. ¿Por qué el pueblo y el resto de los líderes se reúnen abajo de la lluvia para escucharlo? ¿Qué tiene de especial este tipo? Esdras vive lo que enseña y por lo tanto es diferente a todos los demás.
Esdras ya lleva 4 meses viviendo en Jerusalén. Llegó en el mes 5º (Esdras 7:8) y ahora es el mes 9º (vs.9). ¿Qué hizo durante estos 4 meses? ¿A qué se dedicó? ¿En qué invirtió el tiempo?
Hizo lo que dijo que haría: Esdras 7:10 y 25 (Días 10 y 11). Durante 4 meses enseñó la Palabra, ministró la Palabra, impartió la Palabra a todo aquel que quisiera oírla. Durante 4 meses asignó gobernantes y levantó líderes. Ahora entendemos por qué en un solo día, su angustia profunda y su intensa búsqueda de Dios, desató un arrepentimiento masivo: porque durante 4 meses Esdras se dedicó a sembrar la Palabra y la Palabra te despierta el espíritu, te abre los ojos y disciernes el bien del mal. Pero sin Palabra eres un marmota que vive a ciegas. Esdras es el tipo diferente (diferente desde adentro) porque vive lo que enseña, vive lo que cree y vive lo que predica.

2. Les habla clarito acerca del pecado (vs.10).
Con respeto, con amor y con mucha firmeza denuncia el pecado. Y no le importa “dejar de ser popular”. A Esdras le importa la santidad de Dios.

3. Les propone una solución definitiva al problema (vs.11).
¿De qué sirve señalar problemas sino aportamos soluciones? ¡De nada!
Sino tienes soluciones entonces deja de señalar problemas. Mejor será que te silencies. Esdras es un líder con soluciones. Él no generó el problema, el problema ya estaba instalado en el liderazgo y en el pueblo cuando el llegó a Jerusalén, sin embargo, es él quien lidera la solución.

¿Cómo reacciona el pueblo ante las palabras de Esdras? (vs.12-16)
La mayoría estuvo de acuerdo. Solo unos pocos se opusieron (así les habrá ido). Cada uno de los que se habían juntado con una mujer extranjera vendría en una fecha designada para que Esdras y un grupo de líderes escogidos consideraran su situación particular.
¿Cuánto tiempo llevó resolver todos esos casos y quiénes tuvieron que renunciar a sus esposas? (vs.17-44)
Resolver todos los casos llevó 3 intensos meses de trabajo. Empezaron el 1º día del 10º mes (Tebet), y finalizaron el 1º día del 1º mes (Nisán).

EDIFICAR LA CASA 6: VIVIR LO QUE PREDICAMOS
Todo el libro de Esdras está atravesado por el valor de edificar la Casa de Dios. Para ellos, esto significaba reconstruir el Templo y restaurar el culto a Dios. Para nosotros significa edificar la iglesia como Casa de Dios y edificar nuestras propias vidas como Casa de Dios. Y como casas de Dios su presencia en derramada y manifestada a través nuestro. Por lo tanto, edificar la Casa es vivir lo que predicamos así como lo vivía Esdras.
Es vivir de acuerdo a los valores y principios de la Palabra de Dios.
Es vivir en oposición directa a todo lo que deshonra el nombre de Dios, contamine o arruine la Casa.
Es abandonar lo “popular” para recuperar la santidad. El hacer lo que “todos hacen” solo tiene valor cuando se refiere a conductas y relaciones sanas.
Es buscar soluciones que nos hagan vivir en unidad porque somos iglesia.
¿Quieres recuperar la santidad, las bendiciones y el favor de Dios? Renuncia al pecado. Deshazte de todo lo que esté contaminado por el pecado por más “valioso” que sea para ti. Haz un pacto de santidad con tus ojos, tus oídos, tus manos y todo tu cuerpo. Renuncia definitivamente a todos los vínculos y las relaciones que te enferman, te deprimen, te angustian o te llenan de odios y rencores. Edifica la Casa.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Esdras”

Por Edgardo Tosoni

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