Continuemos.

Mira cómo lo explica Lucas 10:27. Incluso añade que debes amar a Dios con tu cuerpo físico también, con «todas tus fuerzas». Imagina tener todo este amor por Dios y saber que todo dentro de ti está en sintonía con este gran amor. ¿Qué debes hacer con él? ¡Las mentes curiosas quieren saber!

Una de las respuestas que se dan es esta: Debes «amar a tu prójimo como a ti mismo». Si amas a tu prójimo como a ti mismo, es muy seguro que has intentado ponerte la mente de Cristo. Has aprendido qué tan importante es amar con todo lo que tienes y a poner las necesidades de otros antes que las tuyas. Esa es la meta. Eso es lo que Dios quiere que hagas.

Una vez más, ¿qué significa amar a tu prójimo?

Toda tu vida has aprendido cómo amar a tu prójimo. Aprendiste a compartir tus cosas, apren­diste a ayudar en tu casa y a echarle la mano a quien lo necesitaba. Es la misma idea, pero no se trata de hacerlo sólo cuando te da la gana. Se trata de elegir esa manera de ser y actuar así todo el tiempo. Se trata de ponerse la mente de Cristo todos los días.

En Hechos 2 al 4, los creyentes estaban recibiendo su primera experiencia del Espíritu Santo. Esto era algo nuevo para ellos y les sucedió algo muy importante. Estaban enamorados del Señor y enamorados el uno con el otro (Hechos 4:32). Este pasaje continúa diciendo que las personas que eran dueñas de casas y propiedades, las vendieron para que pudieran regresar con el dinero y compartirlo con los que tenían necesidad (versículo 34). Esa es una forma muy poderosa de ser de un sólo sentir y pensar. El cuidar a los necesitados sería «ponerse la mente de Cristo». ¿No sería increíble ver eso?

Entonces, ¿cómo puedes cuidar a tu prójimo?

  • Pregunta en tu iglesia si puedes ser colaborador en la Escuela Dominical.
  • Ayuda en la Escuela Bíblica de Vacaciones.
  • Pregunta acerca de otras maneras en las que puedes ayudar en la iglesia.
  • Ora por otros.
  • Sé un buen ciudadano.
  • Ayuda en tu casa.
  • Abraza a las personas de tu familia.
  • Ayuda con tu mamá en una cocina comunal.
  • Ve qué puedes sacar de tu armario y regálaselo a alguien necesitado.
  • Ve si tienes juguetes viejos que puedes regalar.
  • Escribe notas para las personas que no ves muy seguido y hazlos saber que los quieres.
  • Consigue un amigo por correspondencia a través de la iglesia, que esté en otro país.
  • Dile a tu mamá que te dé otras ideas.

Aun así, sin importar lo que hagas, asegúrate de obte­ner el permiso de tus padres antes de empezar cualquier cosa. Estas son sólo algunas ideas de cómo puedes ser un buen prójimo y ayudar a otros. Estoy segura de que conoces muchas otras maneras y que ya estás compartiendo tus dones es­peciales. Con esas actividades te estás «poniendo la mente de Cristo». Tú verás que conforme ayudas a otros, tu manera de pensar en todo estará más alineada con la Palabra de Dios.

Extracto del libro “El Campo de Batalla de la Mente Para Niños”

Por Joyce Meyer

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