Pasaje Clave: Génesis 23.

ADIÓS BELLA PRINCESA
¿A qué otra situación de “renuncia” se enfrenta Abraham? (vs.1-2)
Sara es la única mujer cuya edad, muerte y sepultura se mencionan en la Biblia, posiblemente por haber tenido el gran honor de ser la madre del pueblo hebreo.
Sara es una mujer extraordinaria y una esposa increíble. Ella es la mujer que acompañó a Abraham en todo su andar. La mujer que puso en peligro su propia vida física y moral para proteger la de su esposo. Ella es la mujer que dejó a su familia, su casa y su tierra porque comprendió y aceptó el llamado de Dios al igual que Abraham. Ella siempre fue parte del propósito de Dios. Sin ella no había propósito. Ella es la madre del hijo de la promesa (Isaac) y por la fe, es madre de todos los descendientes de Abraham. No sólo fue su media hermana, su amiga y esposa, también fue su cómplice metida hasta la cabeza con Abraham en los líos que armaron. Sara es una mujer de fe (sí, sí, tuvo sus momentos de dudas, de risas nerviosas y de mentiras, ya lo sé), pero nada quebró su fe, ¡A ella también le tocó esperar 25 largos años!

¿Estás orando por una novia o una esposa? No la elijas solo por sus pechos, su cola, sus ojos, su boca o sus piernas. Mira más profundo. Ora por una chica con una fe inquebrantable, por una chica con un corazón completo para Dios, por una mujer dispuesta a acompañarte en el cumplimiento del propósito de Dios sin importar cuán difíciles se pongan las cosas. Ora por una mujer con capacidad de permanecer en Dios sin importar lo que pase. Una mujer que continúe PERMANECIENDO a pesar de todo. Esas son las chicas y las mujeres por las que vale la pena orar y luchar ¡aunque hoy ni te registren! Jajaja… Paciencia macho, no te des por vencido tan rápidamente.

HABLEMOS DE LA MUERTE…
A nadie le gusta la muerte. Dios nos hizo para la vida, pero la muerte es parte de las experiencias humanas que en algún momento tendremos que atravesar. Escucha, hay tres verdades absolutas con respecto a la muerte:

  • La muerte es universal. ¡Todos vamos a morir! Antes o después, de jóvenes o de viejos. ¡Nadie puede zafar! Y los únicos 2 que zafaron en toda la historia de la humanidad (Enoc y Elías) fue por un propósito muy específico.
  • La muerte es inevitable. ¡Nadie puede escapar de ella! No importa cuántos complejos vitamínicos tomes o cuánta criogenia hagas, el día de tu muerte ya está establecido en el calendario de Dios.
  • La muerte es igualitaria. ¡Es igual para todos! Ricos, pobres, intelectuales, analfabetos, negros, blancos, buenos o malos… todos moriremos. En la muerte todos somos iguales: no nos llevaremos nada de nada.

Entonces, la pregunta muuuuuyyyy importante que tienes que hacerte es: “¿Estoy preparado para morir?” “Y cuando muera, ¿a dónde iré?”
¿Vive Cristo en tu vida? ¿Le has recibido como tu Señor y Salvador? ¿Le has entregado completamente tu corazón a Él? Si lo has hecho entonces ¡no tengas miedo de la muerte, ni del más alla, ni de nada! Tu destino está en las manos de Dios y Él te guiará aún más allá de la muerte. Tienes destino de cielo, de vida eterna y de gloria.
Y si no lo has hecho, estás en problemas. ¿Qué esperas para decidirte?

EL TIEMPO DEL DUELO
¿Qué hace Abraham ante la muerte de su bella Sara? (vs.2 y 19)
¿Has perdido a algún ser querido?
¿Has perdido a alguien a quien amabas con todo tu corazón?
Frente a una pérdida tiene que haber un duelo. No reprimas el dolor, las lágrimas. No tienes que hacerte el fuerte, no le tienes que demostrar nada a nadie. Llora, desahógate, libera el profundo dolor que sientes por aquella persona que ha muerto. Llóralo/a todo el tiempo que lo necesites hasta que agotes todo el dolor que sientes.

Ante la pérdida atravesarás algunas fases específicas del duelo normal:

  • Te sentirás confundido, enojado o con miedo. Esto dura desde unas horas hasta una semana.
  • Soñarás con esa persona, creerás verla en la calle, en la casa, te sentirás enojado/a e incrédulo/a por su pérdida. Pensarás intensamente en ella. Esto puede durar varios meses. Este querer “buscarla” y “reencontrarla” irá desapareciendo poco a poco.
  • Finalmente, comienzas poco a poco a aceptar que la pérdida es permanente, que esa persona se ha ido para siempre y que tienes que volver a orientar tu vida y aprender a vivirla sin ella. Tienes que continuar.

Aún en la muerte, Abraham está determinado a darle lo mejor a Sara. ¿Qué compra para honrarla en su muerte? (vs.3 al 18)

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis Edición Extendida»

Por Edgardo Tosoni

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