Pasaje clave: Mateo 13:10-17.

Mateo dedica este capítulo para contarnos varias parábolas de Jesús. Si no lo sabes, una parábola es un relato sacado de la naturaleza o de las situaciones cotidianas para enseñarnos una verdad espiritual.

¿Qué le preguntan los discípulos a Jesús? (vs.10).

¿Y qué respuesta les da Él? (vs.11-13)

Jesús usaba ejemplos de la vida diaria para enseñarles a sus discípulos, y a nosotros, realidades espirituales que de otra manera serían muy difíciles de entender.

Pero para poder entender la verdad espiritual que esconde la parábola necesitas revelación (¿te acuerdas? “ver lo que no veías”). Y la revelación  solo puede dártela el Espíritu Santo cuando sinceramente quieres conocer a Dios y pasas tiempo con Él.

Si amas a Dios y buscas más de Él en oración, en lectura de su Palabra, en adoración, ¡y le crees!, mayor revelación te será dada; pero si no te importan Dios ni sus cosas, perderás aún la poca revelación que tengas.

Los “misterios del reino de los cielos” sólo son para aquellos que se la juegan en la presencia de Dios. Que invierten tiempo para conocer a Dios.

Si sólo oras para dar gracias por los alimentos, nunca tendrás revelación.

Si sólo adoras al Señor una vez por semana en la iglesia, nunca tendrás revelación.

Si te acuerdas de Dios sólo cuando tienes problemas, o exámenes, nunca tendrás revelación.

Si oras a las apuradas porque tienes que pasar el 5º nivel de tu videojuego, nunca tendrás revelación.

Si cuando hablas con Dios sólo le hablas del chico que te gusta, nunca tendrás revelación.

Si cuando oras lo único que haces es pedir perdón por tus pecados, nunca tendrás revelación.

Si buscas a Dios, pero estás enojado con medio mundo y no quieres perdonar, nunca tendrás revelación. 

Si tu corazón no está sano, porque hay amarguras, resentimientos, acusaciones o culpas, nunca tendrás revelación.

La revelación no tiene que ver con “cuántos años hace que vas a la iglesia”, ni con “cuántos estudios bíblicos hayas hecho”. La revelación es el resultado de tu intimidad con el Señor. Por eso hay muchísimos cristianos que tienen ¡años! de iglesia, pero ¡cero! revelación.

Son religiosos que congregan una vez por semana, y ahí se termina su vida espiritual. Para ellos hay parábolas, pero no hay revelación (vs.13).

Pero, ¿qué dice Jesús de aquellos que sí reciben revelación? (vs.16-17).

Son exitosos, son felices, porque la revelación les hará conocer los secretos de Dios, sus propósitos y su voluntad.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo”

Por Edgardo Tosoni

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