El autor John Ortberg dijo una vez: “Cada pensamiento que tenemos lleva consigo un poco de poder espiritual, un tirón hacia o lejos de Dios. Ningún pensamiento es puramente neutral”.
Como jóvenes solteras, vienen a nosotras pensamientos pecaminosos de diferentes formas. Puede ser que sean de descontento y de queja, lujuria o impureza hacia los chicos, envidia de las parejas casadas, temor al futuro, o obsesión con lo que otros (chicos) piensan de mí. También podrían venir en forma de mentiras del enemigo, diciendo que no eres digna, que no tienes valor o que necesitas un novio para estar satisfecha o que debes compararte con tus amigas.
APLICACIÓN
¿Cómo podemos luchar contra esta batalla en nuestras cabezas? Bueno, en lugar de simplemente tratar de no pensar en los pensamientos impuros, debemos intencionalmente llenar nuestra mente con la verdad y llevar cautivo (chequear intencionalmente) cada pensamiento que cruza nuestra mente. Por ejemplo, memorizar las Escrituras nos acercan más activamente a Dios que ver montones de películas para chicas.
La pureza sexual comienza en nuestros pensamientos, que luego influye en cómo nos sentimos y actuamos. ¿Están los pensamientos que ocupan tu mente aumentando tu amor a Dios, o llevándote lejos de Él?
“Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz” (Rom.8:6).
“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza” (Fil.4:8).
“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías 26:3).
“Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra” (Col.3:2).
“Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo” (2º Co.10:5).
Extracto del libro Reto de 15 Días Para Jóvenes Solteras
Por Ginny Melby
