Después de haber superado sus sentimientos de inferioridad y contando con la colaboración de su hermano Aarón, Moisés está preparado para enfrentar al Faraón.
¿Cuál era el mensaje que llevaban de parte de Dios? (5:1 al 3).
¿Qué respuesta recibieron del Faraón, ellos y el pueblo? (5:2, 4 al 14).
Esta fue la primera gran oposición a la que tuvieron que enfrentarse. Ellos la soportaron, pero el pueblo no.
¿Cómo reaccionó el pueblo? (5:20-21, 6:9).
¿Cómo le afectó esto a Moisés? Mira la oración que le hace a Dios en 5:22-23, 6:12 y 30.
Esta primera vez, no sólo no fue fácil, sino que además despertó en Moisés viejos sentimientos de inferioridad. Sintió que no había logrado absolutamente nada. Y parecía que Dios en vez de ayudarlos los estaba dejando completamente solos.
¿Te sentiste alguna vez así en medio de una situación en la que te habías propuesto obedecer a Dios? Soportaste la presión y la oposición y sin embargo sentiste que no obtenías ningún resultado, y para colmo las cosas se ponían peor.
Mayores burlas, mayores indiferencias, mayores rechazos. ¿Vale la pena esforzarse tanto para que todo empeore?
Motivando a los Decaídos.
El pueblo, Moisés y Aarón, todos se desanimaron mucho.
¿Qué fue lo que hizo Dios inmediatamente? ¿Cuáles fueron sus palabras para todos ellos?
Les recordó quién es Él. ¿Quién es Él? (6:2-3).
Les recordó un antiguo pacto. ¿Cuál pacto? (6:4-5).
Les confirmó una promesa. ¿Qué promesa? (6:6-8).
Les ordenó actuar. ¿Qué tendrían que hacer? (6:28-29).
Confirmó a sus elegidos. ¿A quiénes? (7:1-2).
Les reveló su estrategia. ¿Cómo obraría? (7:3-4).
Les mostró su propósito final. ¿Cuál sería? (7:5).
Así es Dios. Él no hace las cosas a las apuradas (porque todo esto llevó su tiempo). Él no se desespera, ni se desalienta como nosotros. Él sabe que a su tiempo se cumplirán sus objetivos y propósitos.
Sin embargo Dios no actúa por su propia cuenta. No sé por qué, pero todo lo que Dios hace o quiere hacer, siempre lo realiza por medios de personas, de hijos suyos. No se fija mucho en la edad, pero sí mira a fondo el corazón.
Tu corazón y el mío.
¿Qué vio en el corazón de Moisés y de Aarón? (7:6).
Y cuando Dios mira tu corazón, ¿qué ve en él?
Dios tiene tiempo para hacer las cosas y aunque te parezca que todo empeora por estar en obediencia a Dios, no te desalientes. Él está probando tu fe, tu perseverancia y tu obediencia. Todo esto es muy fácil dentro de la iglesia, pero cuando tienes oposiciones, cuando se ríen de lo que crees no es fácil, pero es allí donde Dios te pone a prueba.
¿A qué milagros sobrenaturales recurrirían Moisés y Aarón para “convencer” al Faraón? (7:8-10, 14 al 21).
¿Y a qué poderes oscuros recurrió el Faraón para fortalecer su oposición? (7:11,22-23).
El Faraón tampoco luchaba solo, tenía un aliado maligno y perverso. Detrás de toda aquella brujería y de sus encantamientos se ocultaba Satanás.
Piénsalo.
No olvides quién es tu verdadero enemigo. Tus enemigos no son los que se burlan de ti, ni tus padres cuando te prohíben ir a la iglesia o no te permiten salir con tus amigos cristianos. Tu verdadero enemigo es Satanás.
Tu lucha es espiritual y aunque parezca a simple vista que “no pasa nada”, cree que tu “vara” se comerá la de ellos. Tú permanecerás mientras ellos serán humillados. Tu santidad y tu obediencia no son en vano. Dios tiene sus métodos. Créele. Él sabe lo que hace y sabe cómo hacerlo.
Después de una gran oposición siempre viene una gran gloria. Recuérdalo.
Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo-Levítico»
Por Edgardo Tosoni
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