Pasaje clave: Mateo 3 y 4.

Para conocer a Juan el Bautista y los 3 bautismos mencionados en el capítulo 3, lee “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Marcos” y “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas”. Allí te explico todo. Acompáñame ahora al agobiante y caluroso desierto de Judea, porque una segunda lucha de poderes espirituales está por comenzar.

Tentado.

¿Qué sucede con Jesús luego de bautizarse? (4:1).

“Ser tentado” significa: “ser puesto a prueba”, y también “ser inducido o provocado a pecar”. Satanás en persona trato de hacerlo pecar.

¿Qué hace durante 40 días, solo, en el desierto? (4:2).

Ayuna, ora, adora, se prepara espiritualmente para la primera de las grandes batallas que tendría que enfrentar. ¿Sabes para qué el Espíritu lo llevo al desierto y fue expuesto a la tentación? 

Para identificarse con nosotros. Como humano, Jesús tuvo que enfrentarse al mismo Satanás, a sus tentaciones, y vencerlo, para mostrarnos que nosotros también podemos vencer cualquier tentación que nuestro enemigo nos cruce en el camino. Para experimentar en su propia carne lo que se siente ser tentado. Cuando Él te dice que puedes vencer, sabe de lo que está hablando porque lo experimentó por sí mismo.

Jesús Vs. Satanás.

¿Cuál fue la primer tentación de Satanás? (4:3-4).

Jesús enfrentó la tentación del hambre. Después de 40 días de ayunar, ¡tenía hambre! ¡Muchísima hambre! Su cuerpo le pedía satisfacer su urgente necesidad. Y por si todo esto fuera poco, las palabras del diablo ponían en tela de juicio la relación de Jesús con su Padre. “Si eres el Hijo de Dios…”. “¿Serás realmente hijo de Dios? Demuéstramelo”.

¿Cuándo fue la última vez que tu cuerpo te pidió satisfacer una urgente necesidad? “Tengo que masturbarme, no aguanto más”. “Si no le hago el amor a mi novia voy a explotar”. “Necesito una cerveza, ahora”. “Estoy desesperado por conseguir un poco de merca”. “Dale, loco, dame un porro“.

Y mientras tu cuerpo te pide, Satanás te mete dudas: “Me parece que Dios se olvidó de ti”. “Mira tu heladera… vacía, estás de última”. “Apenas te alcanza la plata, ¿no será que te creíste que eres hijo de Dios pero en realidad no eres hijo de nadie?” “¿No estás perdiendo el tiempo en la iglesia?” “¿Si realmente Dios te ama no te tendrían que ir mejor las cosas?”

¿Cuál fue la segunda tentación a la que lo expuso Satanás? (4:5-7).

Jesús enfrentó la tentación de obrar fuera de la voluntad de Dios. ¿Qué hace Satanás? Lo tienta en cuanto a la presencia de Dios y a la confianza depositada en Él. “Tírate. Los ángeles de Dios te cuidarán”. “Hazlo, no te va a pasar nada”.

“Dios es tan bueno que si pecas no pasa nada”. “Hazlo y después pide perdón”. “Juega, y si ganas, das el diezmo. No tiene nada de malo”. “Si tienes control y no te emborrachas, no tiene nada de malo tomar unas cuantas cervezas”. “Dios sabe que se aman y se van a casar, ¿por qué no aprovechan ahora y tienen sexo?” “Es un buen chico, aunque no vaya a la iglesia. Voy a salir con él”. Actuar así es creerle a Satanás, ser vencido por sus tentaciones y ponerte en contra de la voluntad de Dios.

¿Cuál fue la tercera tentación que enfrentó Jesús? (4:8-11).

Jesús enfrentó la tentación de la gloria y el poder. Todo lo que te ofrece Satanás siempre tiene un precio. “Te doy lo que quieres, pero me entregas tu voluntad”. Jesús escogió entregarle su voluntad al Padre, adorar al Padre y morir en una cruz, en lugar de adorar a Satanás, esclavizarse a Él y perder el propósito.

¿A quién estás adorando? ¿Detrás de quién estás yendo? ¿Qué propuestas estás oyendo? ¿A quién estás sirviendo? ¿Cuánto de tu vida y de tu tiempo le entregas a Dios?

Escrito Está…

Lee los atentamente los vs.4, 7 y 10. Jesús nos dejó el secreto para vencer cualquier tentación: Proclamar contra Satanás y sus demonios la Palabra de Dios. Cuando Satanás se acerque a tentarte con sus mentiras, repréndelo en el nombre de Jesús con las verdades de Dios.

“Apártate de mí Satanás, porque está escrito que…”. “Fuera, porque Dios me dijo en su Palabra que…”.

Hazlo y vencerás.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo»

Por Edgardo Tosoni

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