Al cabo de tres d铆as lo encontraron en el templo, sentado entre los maes颅tros, escuch谩ndolos y haci茅ndoles preguntas. (Lucas 2:46).

No podemos criticar a Jos茅 y a Mar铆a. Ellos dieron por sentado que Jes煤s estaba con sus parientes, vecinos o conocidos, regresando a casa; demoraron tres d铆as en darse cuenta de que estaban solos.

驴Y nosotros? 驴Cu谩ntos d铆as podemos pasar sin orar, sin meditar en la Palabra de Dios, sin estar en comuni贸n con Cristo?

La Biblia no lo dice, pero imagino que el primer ala Jos茅 y Mar铆a caminaron rumbo a Nazaret como todos, con todos. Jes煤s no estaba al lado de ellos, pero no se dieron cuenta; imaginaron que estaba al lado de alguien de la familia, de un amigo, de un vecino. A ellos les pareci贸 suficiente. 驴Y a ti?

Esa primera noche lo buscaron desesperadamente (驴Has buscado a Cristo as铆?), y cuando no lo encontraron, retornaron a Jerusal茅n -el segundo d铆a del relato-, para ver d贸nde lo hab铆an perdido.

No s茅 si alguna noche lo buscaste a Cristo con la desesperaci贸n de un padre intentando encontrar a su hijo perdido. No s茅 si alguna vez estuviste dispuesto a regresar 鈥渦na jornada de camino禄, para ver d贸nde te hab铆as separado de tu Salvador. Quiz谩 sea conveniente que pares, observes con atenci贸n tu vida y veas d贸nde dejaste a Jes煤s.

El tercer d铆a del relato nos lleva, junto con Jos茅 y Mar铆a -imagino que, a esta altura, atormentados por sus propias conciencias en un grado insoportable-, a diferentes lugares, casas, barrios de Jerusal茅n, hasta que encuentran a Jes煤s en el Templo, conversando con los maestros de la ley.

Si estuvieras solo en la gran ciudad, 驴d贸nde estar铆as? 驴D贸nde te podr铆an encontrar tus padres? 驴Qu茅 lugar y qu茅 compa帽铆as elegir铆as? Si Cristo es tu ejemplo de vida, ya sabes cu谩l debe ser tu respuesta.

Los maestros de la ley debieron de haber comenzado la conversaci贸n como un adulto lo hace con un adolescente desconocido y solitario. El asombro los domin贸 cuando empezaron a escuchar las respuestas de aquel adolescente.

La sorpresa y la emoci贸n los habr谩n dominado en aquella hora; reconocieron que era Alguien especial. Pero, tal vez, alguno de estos maestros, veinte a帽os m谩s tarde, estuvo sentado en el Sanedr铆n juzgando al carpintero, que dec铆a ser el Mes铆as. Un d铆a de emoci贸n no es garant铆a de salvaci贸n.

Extracto del libro 365 Vidas

Por Milton Bentancor

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aqu铆