Pasaje Clave: Amós 4.

Este capítulo 4 es la continuación directa del capítulo 3. Dios le sigue hablando a Samaria, la capital de Israel (el reino del Norte).

¿Y a quiénes les habla específicamente ahora? ¿Y qué les dice? (vs.1)
¡Oh my God! Compara a las mujeres ricas y poderosas de Samaria con “vacas gordas”. Estas mujeres eran como el ganado engordado y ultracuidado de las regiones más fértiles de Israel. No les faltaba nada.
Si leyeran esto la feministas gritarían: “¡Discurso de odio y discriminación heteropatriarcal que nos hace retroceder 100 años!”. Jajajajajaja… Las feministas actuales también son como vacas gordas (aunque más feas).
Comparar a estas mujeres con vacas gordas, obviamente es una expresión despectiva y llena de sarcasmo, porque ellas vivían pensando solo en sí mismas y en satisfacer sus propios gustos personales. Vivían en una “nube” de superficialidad, maltratando a las personas pobres, humillando a sus sirvientes (hombres o mujeres) y mandoneando a sus esposos con sus exigencias y demandas absurdas, como, por ejemplo, que compren más vino y bebidas alcohólicas. ¡Tanto vino vas a beber!
Hay personas (chicos o chicas) que son taaaaan egocéntricos, taaaan superficiales en su manera de vivir, taaaaaan huecos en su manera de pensar, que como las bestias (vacas gordas), son solo “carne”, solo deseo sexual y material, solo placer y hedonismo, solo comprar, tener y poseer, solo apariencia, pero cero “espíritu”, cero mundo interior, cero conexión con Dios, cero empatía con las demás personas que están por debajo de su status social y económico. Son realmente como bestias, no pueden ver más allá de sí mismos. Y algunos están remetidos en la iglesia, “sirviendo a Dios”.

¿Qué sentencia establece Dios para estas mujeres? (vs.2-3)
¡Woooowww! ¡Fuertísimo!

RELIGIÓN SIN ESPIRITUALIDAD
Dios ahora vuelve a hablarle a toda la nación, ¿y qué les dice? (vs.4-5)
Tanto Bet-el como Gilgal eran los lugares principales de adoración a Dios. Sin embargo, los israelitas los habían transformado en centros de idolatría. Lo que originalmente estaba consagrado a Dios ahora estaba consagrado al pecado, la maldad y las prácticas sexuales idolátricas.

A ver, es como si al templo de la iglesia, que usamos para hacer reuniones, adorar a Dios y enseñar la Palabra, también lo usáramos para celebrar Halloween junto con una banda de metaleros dark satanistas y strippers góticos. ¿Entiendes? O una cosa o la otra… pero no puedes mezclar.
Pero Israel, no solo mezcló lo santo con lo impuro sino que, también, lo profanó con mayores pecados. Por lo tanto, sus rituales religiosos (que se los sabían de memoria), presentación de ofrendas, diezmos y sacrificios, eran totalmente desagradables para Dios.
Ellos tenían religión pero no tenían vida espiritual. Tenían rituales religiosos pero no tenían intimidad con Dios. Conocían de memoria los ritos pero no conocían a Dios. Tenían apariencia de “santos” pero no lo eran.
¿Congregas? ¡Genial!
¿Sirves a Dios? ¡Buenísimo!
¿Evangelizas? ¡Espectacular!
¿Ofrendas y diezmas? ¡Felicitaciones!
Israel hacía todo eso y sin embargo, no conocía a Dios. Dios no era importante para ellos. Él no era tenido en cuenta en ninguno de sus planes.
¿Conoces a Dios? ¿Tienes amistad con Él? ¿Le crees?
¿Lo escuchas cuando te habla? ¿Te importa Dios? ¿Lo amas?

USTEDES NO SE VOLVIERON A MI
¿Qué hace Dios para llamar la atención de su pueblo? (vs.6-11)
Dios trae sobre ellos toda clase de situaciones difíciles: Hambre y sequías (vs.6-8). Vientos abrazadores y plagas de langostas (vs.9). Muertes por plagas, muerte por guerras, muertes de sus caballos (vs.10). Destrucción masiva y desastres naturales (vs.11).
Y las consecuencias de todo esto para el pueblo: Pasar hambre y sed. Sufrir escases (vs.6 y 8). Deambular de un lado para otro (pérdida del sentido espiritual) (vs.8). No encontrar satisfacción plena (vs.8). Pérdidas económicas y de productividad (vs.9). Sufrir hedores nauseabundos (vs.10). Ir sin rumbo de un lugar a otro y ser destruidos (vs.11).
Y en cinco oportunidades, al final de cada una de esas situaciones durísimas, Dios, con una enorme tristeza, les dice: “Pero ustedes, no se volvieron a mi”. Entonces, el Señor y Creador absoluto de todas las cosas, los llama a juicio (vs.12-13).
¿Es necesario que Dios tenga que sacudirnos la cabeza con situaciones difíciles para que nos acordemos de Él?
Y no… No sería necesario. Pero a veces, somos tan tercos, tan soberbios, tan indiferentes, que Dios tiene que “apretarnos” para que volvamos a Él.

Extracto del libro Desafíos PJA Amós

Por Edgardo Tosoni

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