“Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto”. (Mateo 1:19).

a vida es la suma de momentos, y los momentos quedan marcados por las decisiones que tomamos. En un instante José estaba tranquilo, feliz y pensando en su próximo casamiento; y al otro -sin saber qué había ocurrido y sin entender lo que estaba pasando- se siente traicionado, triste, y pensando cómo terminar una relación sin exponer demasiado a María.

Recuerda que los casamientos en la época de Jesús eran un proceso un tanto más largo que en la actualidad. Es como si en el momento del compromiso (¿Todavía se hacen ceremonias y fiestas de compromiso o, debido a que se perdió casi todo compromiso, no hacen más ceremonias y apenas se disfrutan las fiestas?) el casamiento ya se hubiera sacramentado.

Era aquella etapa de la relación en la que el hombre construía la casa, organizaba las cosas en el futuro hogar y, al cabo de un tiempo, iba a buscar a la novia para que fuera a vivir con él.

En ese momento se da. por ejemplo, la parábola de las diez vírgenes, que Jesús contó. Así, en este momento del relato, José ya era el esposo de María, aunque todavía no vivían juntos.

Hay momentos en los que no tienes dudas. La situación, para ti, está clara. Si María estaba embarazada y José no era el padre, evidentemente hubo algún problema. ¿No es claro, lógico y contundente? ¿Qué podía argumentar María, cargando un bebé? ¿Qué explicación le podía dar a aquel hombre que estaba terminando de organizar las cosas para la próxima fiesta de casamiento y el inicio de una vida juntos?

Desde el punto de vista humano, no hay nada para hacer, tan solo rendirse ante la prueba. Pero José era un hombre justo; y esto va -en la perspectiva divina- mucho más allá de tener juicios ecuánimes: significa tener un carácter amoroso como el de Cristo: él no la quiere exponer en público. Hasta que el Ángel del Señor habla y el hombre justo atiende, entiende y obedece.

Todas las evidencias podrán mostrarte que tienes que tomar tal decisión, pero si tú eres justo -como José-, antes de decidir, buscarás escuchar la voz de Dios para atenderla, entenderla y obedecerla, decidiendo de acuerdo con ella.

Extracto del libro 365 Vidas

Por Milton Bentancor

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