Pasaje clave: Números 13 y 14.

En el capítulo 10:11-12, Dios les había ordenado a los israelitas levantar campamento para avanzar hacia un nuevo lugar. Después de 13 meses de haber salido de Egipto y de haber acampado en el desierto de Sinaí para recibir las leyes y mandamientos y construir el Tabernáculo, se mudaron al desierto de Parán, a tres días de camino. Allí sucedió lo que ya sabes: el pueblo y los hermanos de Moisés se desubicaron contra Dios y contra él.
Pero sucedió algo más que desató la tragedia para todos ellos. A su rebeldía le sumaron “incredulidad” y pagaron un precio muy, muy alto.

¿Qué le ordeno hacer Dios a Moisés? (13:1-2).
¿Quiénes fueron los elegidos para reconocer la tierra de Canaán? (13:3).
¿Cuál sería la misión de los 12 príncipes enviados? (13:17 al 26).

¿Incrédulos Nosotros?

Y ahora se desata la tragedia.
¿Qué informe le presentan al pueblo diez de los príncipes? (13:27 al 33).
¿Cómo y contra quienes reacciona el pueblo? (14:1-4, 10).
¿Qué hace Dios con ellos? (14:10-12, 21-23, 26 al 37).

¿Te das cuenta? Diez príncipes (líderes) incrédulos y cobardes le presentaron al pueblo un informe pesimista y los asustaron: “No podemos, somos débiles, nos van a aplastar… ¡Somos langostas!, ¡Somos langostas! ¡Quiero ir con mi mamá!… ¡Buaaah!”.
El pueblo no cree la promesa de Dios pero escucha atentamente la palabra de los príncipes y pierde el control: “Nos van a matar. Volvamos a Egipto. Nuestros hijos van a morir. Elijamos a un nuevo líder…”. ¡Incrédulos!
Se dejaron arrastrar por la opinión de las personas.
Se dejaron llevar por sus propias dudas, por sus propios sentimientos de inferioridad. Le creyeron más a sus propias emociones de miedo e inseguridad que a la Palabra que tenían de Dios.
Y se desata la tragedia.
Dios no los soporta más y habla con Moisés para destruirlos ahí mismo. Dios actúa en fe, Dios habla fe y Él espera fe como respuesta a su Palabra.

Dios no soporta a los incrédulos.

Por otro lado, me emociona la actitud de Moisés. Él sí tenia las ideas claras. En medio de tanta locura, Moisés ora.
¿Qué le ruega a Dios y por qué? (14:13 al 19).

Dios lo oye y perdona la incredulidad del pueblo, pero fue tan grave el pecado que los castiga severamente. No los destruye, pero vagarían por el desierto durante ¡40 años! hasta que murieran todos los mayores de 20 años.
Si le hubieran creído Dios en unos pocos meses más podrían haber llegado a la tierra prometida. Pero por causa de su incredulidad, Dios convirtió los 40 días de espiar y dudar en 40 años de dolor. Cada día de duda fue multiplicado por 365 días de lágrimas y desierto (14:34).
Es injusto que Moisés, Josué, Caleb y todos los menores de 20 años, tuvieran que pagar por culpa de miles de incrédulos, pero ellos también eran parte de aquel pueblo aún cuando su actitud fuera completamente diferente.

¡Nosotros Sí creemos!
¿Quiénes fueron los únicos que no recibieron el castigo de Dios? ¿Por que? (13:30, 14:5-9, 24, 30-31, 38).

Piénsalo.

¿Entiendes? Es una decisión que tienes que tomar entre creer o no creer. Entre la incredulidad y la fe. La fe te abrirá todas las puertas, pero la incredulidad las bloqueará completamente. Dios responde a la fe.
Si Él te dice o te promete algo ¡créelo! Así de simple.
No te dejes influenciar por lo que sientes, ni por lo que otros hacen, ni por las diferentes opiniones que escuches. ¡Créele a Dios!
Cree su Palabra. Ora su Palabra. Habla su Palabra y se moverá la mano de Dios a tu favor. Aprende a depender de Dios y no de tus emociones. Dios no cambia. Él cumplirá y realizará en ti todo lo que prometio. ¡Créele!

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio»

Por Edgardo Tosoni

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