Pasaje Clave: Josué 22:1-9

Luego de que la tierra prometida fuera conquistada (aunque no poseída totalmente), de que la ciudad de Silo fuera elegida como el nuevo centro religioso y espiritual de la nación, de que cada tribu recibiera su herencia y territorio, y de que a los levitas se les entregaran ciudades para habitar…
Una vez que todo esto estuvo terminado y organizado, ¿a quiénes manda a llamar Josué? (vs.1)
¡Muy bien! Recuerda que las dos tribus y media (Rubén, Gad y media tribu de Manasés) vivían del otro lado del Jordán, fuera de la tierra prometida. Ellos habían escogido vivir allí y Moisés accedió a darles esas tierras.

LO QUE DIOS QUIERE… LO QUE YO QUIERO…
Te pregunto.
¿Era el deseo de Dios que ellos vivieran fuera de la tierra prometida?
¿Era voluntad de Dios que ellos conquistaran y poseyeran esas tierras?
¡Eran buenas tierras! ¡¡Muy buenas tierras!! Pero, ¿era lo que Dios quería para ellos? ¿Era el propósito de Dios para ellos?
Y… no. No era ni el deseo, ni la voluntad, ni el propósito de Dios para ellos. Y la prueba de esto es que décadas más tarde fueron las primeras tribus en desaparecer, conquistadas por sus enemigos.

Que algo sea bueno, muy bueno, no significa que sea lo que Dios quiere para ti. #SerieDesafios
¿Y por qué? Porque Dios ve más allá de lo que nosotros vemos. Él conoce el final de la película. Él sabe como terminará esa historia. Y como Él lo sabe, es importante escucharlo y obedecerlo para no sufrir tontamente.
Una novia/o, una carrera universitaria, un negocio, un ministerio, jugar en un equipo profesional, son todas cosas muy buenas, pero Dios no quiere cualquier novia o novio para ti. Él no quiere cualquier ministerio para ti, ni cualquier negocio para ti. Dios tiene “su tierra prometida” designada para ti, y en esa dirección tienes que avanzar, en la dirección que Dios te señale.
Y sí… Ya sé que no es fácil darse cuenta (bueno, a veces sí), por eso te recomiendo que ores, que no te apresures, que pidas consejos a tus padres y líderes, que hables con personas con experiencia. Y cuando tengas claro que “eso” es lo que Dios quiere para ti, ¡ni lo dudes! Avanza, conquístalo y poséelo completamente. ¡Dios te bendecirá y en todo te irá bien!

Lo que Josué les dice a las dos tribus y media, y la manera en la que se lo dice, nos enseña varias cosas para comunicarnos mejor:

CUANDO HABLES… CALIFICA POSITIVAMENTE
¿Qué destaca Josué de las dos tribus y media? (vs.2-3)
Los felicita porque fueron obedientes a Dios, fueron obedientes a su liderazgo, no abandonaron a sus hermanos, obedecieron cada una de las palabras de Dios. ¡Rebien! (Lástima que vivían del otro lado).
Has lo mismo. Destaca lo bueno de las personas. Felicítalos por sus logros, sus buenas notas en el colegio, su compromiso con Dios, su esfuerzo, su corazón. Si buscas, encontrarás algo positivo para decir de los demás.

CUANDO HABLES… “LIBERA” CON TUS PALABRAS
¿Qué les dice a continuación Josué? (vs.4)
“Regresen a sus tierras”. Los libera, les da permiso para volver con sus familias. Ya pasaron alrededor de 10 años desde que cruzaron el Jordán por primera vez. Ahora es tiempo de volver.
Hay palabras que atan a las personas. Por ejemplo: “nunca lo lograrás”, “tú no puedes”, “eres incapaz de hacer algo bueno”, “no sirves para nada”, “eres frío, insensible”, “solo causas problemas”, “eres un desastre”.
Pero hay palabras que liberan y desatan a los demás. Por ejemplo: “creo en ti”, “sé que podrás hacerlo”, “es difícil, pero no imposible”, “si no te arriesgas, nunca lo conquistarás”, “aunque te hayas equivocado, vuelve a intentarlo”.

CUANDO HABLES… ALIENTA ESPIRITUALMENTE
¿A qué los desafía Josué? (vs.5)
Él les lanza seis desafíos espirituales. Descúbrelos.
Has lo mismo. Comparte con tus amigos una palabra de Dios, una promesa, una oración, una enseñanza, algo que los aliente y los desafíe a relacionarse más íntimamente con Dios.

CUANDO HABLES… BENDICE
¿Cómo los despide Josué? (vs.6-7)
Bendecir significa “decir bien”. Es hablar bien de alguien.

¿Hablas bien de tus padres?

¿Hablas bien de tus líderes?

¿Hablas bien de tu novio/a?

¿Cuál es el último desafío que les lanza Josué? (vs.8)
Y otra vez… ¡Has lo mismo! ¡¡Disfruta todo lo que Dios te da y compártelo!!

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Josué.

Por Edgardo Tosoni

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