Pasaje clave: Éxodo 3 y 4.

Ya pasaron 40 años desde que Moisés huyó desesperadamente de Egipto. Durante este tiempo trabajó de pastor y vivió en el desierto, además de casarse son Séfora y tener hijos. Su suegro era Jetro, un sacerdote de Madián. Y ahora, a los ¡80 años!, Dios lo llama porque tenía preparado un ministerio para él. ¿Qué te parece? Con Dios, nunca es demasiado tarde.

¿Qué le llamó la atención a Moisés? (3:1-3).
¿Y con qué sorpresa se encontró? (3:4-5).
¿Qué actitud adoptó? (3:6). ¿Y qué pedido le hizo Dios? (3:7-10).

El “Ángel de Jehová” es el mismo Señor Jesucristo en persona.

¡Qué se venga la primera… EXCUSA!

¿Cuál es su primer excusa? (3:11).
¿Qué piensas de los sentimientos de inferioridad de Moisés?
¿Te das cuenta? Esto de sentirse inferior no te pasa únicamente a ti. Imagínate, 40 años cuidando ovejas y de repente Dios lo llama a ser el líder de una multitud. 1.000.000 de personas… ¡en esclavitud! ¡Para morirse!
¿Pero cómo lo alienta Dios? (3:12).

Dios te llama a dar testimonio delante de tus compañeros, en tu colegio, en tu lugar de trabajo. Te llama a desafiar a los tibios y apartados. A corregir a los que andan metidos en cualquier cosa. A comprometerte con el servicio en la iglesia.
“¿Quién, yo?”. Sí, ¡tú!
Cuando algún líder o pastor te invite a participar, no tomes tu decisión en función de tus sentimientos de inferioridad (“no voy a poder”, “no me va a salir bien”, “nunca lo hice”, “no estoy súper-híper-ultra bien con el Señor”…). Toma tu decisión considerando esto:
Si alguien pensó en ti y te invitó a participar fue porque primeramente Dios pensó en ti y Él te conoce mejor que nadie.
Es cierto que todo lo nuevo produce miedo e inseguridad, pero puedes ir y decirle al Señor: “Tengo miedo, me siento inseguro, nunca lo hice antes, y vengo a decirte todo esto para que me llenes de tus fuerzas ¡y no me dejes solo! Gracias por tenerme en cuenta”.

¡Qué se venga la primera… DUDA!

La primera duda de Moisés está en el versículo 13.
¿Qué le responde Dios y qué vuelve a repetirle por segunda vez? (3:14-17).
¿Qué advertencia le hace y cómo lo alienta? (3:18-22).

¡Qué se venga la segunda… DUDA!

¿Cuál fue la segunda duda de Moisés? (4:1).
¿No te da la sensación de que Moisés quería escapar a toda costa del compromiso al que lo llamaba Dios?
¿Cómo lo desafía Dios? (4: 2 al 9).
Si Dios pensó en ti es porque sabe que puedes hacerlo. ¡Anímate a creerle!
Pero si dudas y te dejas llevar por lo que sientes nunca vas a hacer nada, porque lo que sientes muchas veces te tira abajo, te paraliza y te limita. Créele a Dios y anímate a salir del “desierto” de tu comodidad personal para pensar en otros y bendecirlos. En Él eres capaz de hacerlo aunque las primeras veces no sean fáciles. Tienes una Tierra Prometida que conquistar.

¡Qué se venga la segunda… EXCUSA!

¿Cuál fue la segunda excusa de Moisés? (4:10).
Moisés se había puesto tan terco y aferrado a sus sentimientos de inferioridad que hasta Dios perdió la paciencia. Pensaba sólo en sí mismo y no escuchaba para nada lo que Dios le decía.
¿Qué le responde el Señor? (4:11 al 17).

Piénsalo.

¡Sí! Dios te envía, pero él no te deja solo. Métetelo en la cabeza. Si Él pensó en ti es porque te cree capaz de hacerlo, aunque tengas que aprender un montón de cosas o tengas que perfeccionarte. Él sabe que el compromiso no es fácil y aún así te desafía a realizarlo. Él pondrá las palabras en tu boca. Él te dará la sabiduría que necesitas. No es tiempo de aflojar.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo-Levítico»

Por Edgardo Tosoni

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