Pasaje Clave: Esdras 10:1-9

El carácter de Esdras y su actitud, haciendo como hombre y como líder lo que tenía que hacer, ¿qué provoca en las demás personas? (vs.1)
¡Claro! El pueblo ve a Esdras orando, confesando pecados, llorando por la gran vergüenza ajena y angustia que sentía, humillado delante de Dios y sin importarle nada lo que el resto del liderazgo pudiera pensar o decir de él, y comienza a imitarlo. El pueblo también se angustia y llora delante de Dios.

EDIFICAR LA CASA 5: PECADOS INTERNOS
Y ese cambio interno, ¿en qué conductas externas se ve reflejado? (vs.2-4)
Mira ahora las diferencias.
Durante años, líderes “de Dios” sin convicciones ni valores arrastraron al pueblo hacia las costumbres paganas, hacia el yugo desigual, y a un estilo de vida sin Dios.
Todo comenzó con un líder que se enamoró de una chica linda y buena (pero sin Dios y sin los valores de Dios).
Todo comenzó con una líder que un día se hizo un tatuaje porque “no hay que ser legalistas y no tiene nada de malo hacerlo” (aunque eso implique afectar el cuerpo como templo del Espíritu Santo).
Todo comenzó con un líder que dijo “esa serie es buenísima, esa banda de música suena espectacular y bailar esos temas no tiene nada de malo”.
Son esos “permitidos” que nos damos para no sentirnos “taaaaaaannn diferentes” a los demás que no conocen a Dios. Nos transformamos en creyentes “taaaaaaannn modernos” y “cero legalistas” que terminamos haciendo adentro lo mismo que se hace afuera. Bailamos adentro lo mismo que se baila afuera (por más zarpado y erótico que sea). Escuchamos adentro los mismos temas que se escuchan afuera (aunque provengan de músicos drogones, perversos, violentos o sexualmente indefinidos). Nuestros adolecentes y jóvenes “creyentes” juegan adentro los mismos juegos sexuales que se “juegan” afuera (obvio, no todos lo hacen, pero el número viene en aumento). El porno está remetido en la Casa (si hiciéramos una revisión profunda de celulares en el culto juvenil, ¿cuánto porno encontraríamos?). Y ni hablar del consumo de alcohol, cervezas, bebidas blancas, cigarrillos y algún porro.
¿El resultado? Contaminamos la Casa. Y ya explicamos que la Casa es tanto la iglesia como nuestras propias vidas.

UN ESPÍRITU DESPIERTO 5: DETERMINACIÓN PARA CAMBIAR
Sin embargo, en solo 4 meses, un líder con el espíritu despierto en Dios, con el carácter y la actitud correcta y con la determinación a vivir en santidad y a que se respete la santidad de Dios, provoca una reacción de arrepentimiento en la gran mayoría del pueblo. ¡Y en un solo día se quiebra lo que durante años habían vivido! Porque si quieres edificar la Casa tienes que limpiarte de todo lo que te contamina internamente.
Ya hablamos que para edificar la Casa es necesario primeramente colocar buenos y sólidos cimientos. Y si bien los cimientos son fundamentales, igualmente importante es lo que edifiquemos encima. Edificar la iglesia como Casa de Dios y edificar nuestras propias vidas como Casa de Dios implica limpiarnos de todo pecado, de toda contaminación mental y emocional, es deshacernos de toda costumbre o práctica que no nos edifica ni nos ayuda a ser mejores personas. Es marcar una total y completa diferencia con el mundo. Una diferencia de maneras de pensar y sentir, de maneras de hablar, de maneras de vivir. Y para esto necesitamos lo mismo que tenía Esdras: determinación. No alcanza con “sentir” angustia por algo que está mal, tienes que determinarte a querer cambiarlo, corregirlo o repararlo. Tienes que hacer algo concreto.

¿Cuáles son las acciones concretas que realiza Esdras? (vs.5-8)
En base a una excelente idea que el Espíritu puso en uno de los líderes arrepentidos (vs.2-3), Esdras se determinó a realizarla.
Cuando el espíritu se despierta por la Palabra de Dios, viene el recono- cimiento de lo que está mal y el arrepentimiento para cambiarlo. Arrepen- timiento no es llorar, es determinarte a cambiar.
1. Despedirán a todas las mujeres paganas y a sus hijos. Esto implicaba romper familias mal constituidas. Otra de las consecuencias del pecado.
2. Los líderes religiosos y políticos junto a todo el pueblo juran delante de Dios que cumplirán con esta decisión. Imagínate el dolor de un montón de hijos que no volverán a ver a sus padres. Otra de las consecuencias del pecado y de hacer las cosas mal.
3. En tres días todo el pueblo se tendrá que reunir en Jerusalén. Aquellos que se nieguen a asistir perderán sus tierras y serán excluidos del pueblo.

¿Cómo reacciona el pueblo? (vs.9)
Si un gran pecado trae graves consecuencias, un gran arrepentimiento producirá grandes cambios. #SerieDesafíos

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Esdras”

Por Edgardo Tosoni

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