Pasaje clave: Números 11 y 12

Desubicado es aquel que está completamente fuera de lugar. Habla y hace el ridículo. Actúa y provoca vergüenza ajena. Cuando todos están serios, él se ríe. Cuando todos hacen silencio, él sigue hablando a los gritos.

Estaba harto, cansado, fastidiado, molesto, casi enojado con Dios… y explotó. No aguantó más, no lo soportó más y se desahogó…
¡No, no, no! No estoy hablando de ti cuando tienes problemas con tus padres, ni de ellos cuando ya no saben qué hacer contigo. Estamos hablando de Moisés, ¿eh?

Un Pueblo Desubicado.

¿De qué maneras se estaba “desubicando” el pueblo de Israel? (11:1, 4-10).
¿Cómo reaccionó Moisés y qué hizo para desahogarse? (11:11-15).
¿Qué solución le dio Dios? (11:16-17, 24-30).
¿Y cómo trató con el pueblo “desubicado” y quejoso? (11:18-20, 31-33).

El pueblo se desubicó contra Dios, pero también contra el liderazgo de Moisés. Porque Dios hablaba a través de él.
Las quejas, los llantos histéricos, las amarguras y las depresiones del pueblo iban todas dirigidas a Moisés. Era él quien hablaba cara a cara con Dios. Era él quien presentaba delante de Dios las cargas del pueblo. Y fue el propio Moisés quien no soportó más esta situación.
A tal punto estaba estresado y agotado que le pidió a Dios la muerte. Este sí se quería morir en serio.
El pueblo se levanto con sus quejas en contra de Dios y en contra de la persona que Él había levantado como líder. Fue lo peor que podrían haber hecho porque Dios descargó toda su furia a sobre ellos.

¿Te enojas contra tus líderes y pastores?
¿Te quejas de ellos en tus pensamientos o cuando hablas con otros?
¿Te quejas de la manera en que ellos hacen las cosas o de las decisiones que toman?
¿Eres consciente que mucha de la presión, del cansancio y de las cargas que ellos sienten y llevan es por tu vida, por tus depresiones, por tu malhumor, por tus decisiones apresuradas que acarrean problemas, por tus altibajos espirituales, por tus silencios, por lo que haces y no te bendice?
¿Eres suficientemente capaz de ver que ellos están jugándosela por ti para que seas formado a la imagen de Jesús?
¿Puedes ver que el propósito de ellos no es divertirte un poco los sábados a la noche, sino guiarte a la madurez en todas las áreas de tu vida?
¿Qué actitud tienes hacia ellos? ¿Qué hay en tu corazón?
¿Qué haces para apoyarlos y bendecirlos?

Los “Hermanitos” Desubicados.

Con ellos te encontrarás en el capitulo 12.
¿Qué actitud tuvieron María y Aarón en contra del liderazgo de Moisés? ¿Y por qué razón? (12:1-2).
¿Quién intercede a favor de Moisés y por qué? (12:3-8).
¿Cómo trata Dios con la rebeldía de Aarón y María? (12:9-12).
¿Cómo reacciona Moisés ante el juicio de Dios? (12:13-14).

Piénsalo.

No te levantes en contra del liderazgo ungido por Dios.
No hables mal de tus líderes y pastores. No les faltes el respeto. No cuestiones el ejercicio de su autoridad. No guardes en tu corazón rencor y broncas contra ellos porque Dios te lo reclamará a ti.
Dios cuida y protege al liderazgo que Él mismo ha levantado.
Puedes estar en desacuerdo con alguna decisión, punto de vista o con alguna de sus enseñanza (ellos también se equivocan), pero no tienes derecho a criticarlos y menos a juzgarlos.
Si son malos líderes denúncialos, pídeles mayor compromiso o cambiate de iglesia (si la situación ha llegado a un punto límite y ellos están abusando de su autoridad), pero no te pongas en su contra ni los menosprecies.
No hables mal de sus vidas ni murmures en su contra porque Dios protege al liderazgo que Él ha escogido y el único perjudicado serás tú.

Extracto del libro «Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números-Deuteronomio»

Por Edgardo Tosoni

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