Devocional – DÉBORA 1

Pasaje Clave: Jueces 4

REPASEMOS…

• 8 años de esclavitud. 40 años de libertad y paz bajo el liderazgo de Otoniel.
• 18 años de esclavitud. 80 años de libertad y paz bajo el liderazgo de Aod.

DE MAL EN PEOR 4
Y después de 80 años, cuando muere Aod, ¿qué sucede con el pueblo de Dios? (vs.1)
No dice lo que hicieron pero dice que “volvieron a…”. A ver. Si antes se drogaban, ahora vuelven a drogarse. Si antes veían porno, ahora vuelven a ver porno. Si antes eran manipuladores y controladores, ahora vuelven a lo mismo. Si antes eran chismosos y envidiosos, ahora vuelven a serlo. Si antes se enojaban por cualquier pavada, ahora vuelve a enojarse por cualquier pavada. Si antes no les importaba nada, ahora siguen sin importarles nada. Figurita repetida.
Muere Aod, se termina su liderazgo militar y espiritual, y todos vuelven a lo mismo de antes.
Dile a Dios ahora mismo: “Señor librame de volver a lo mismo. Librame de volver a esclavizarme, atarme o relacionarme con todo aquello que me hacía tan mal y me alejaba de tu amor y de tu propósito para mi vida. Librame de volver atrás y ayudame a estar enfocado en lo que tienes para mí en este presente y en el futuro. Declaro que lo tuyo es mil veces mejor que todo lo que quedó en mi pasado”.

¿Qué hace Dios con ellos y durante cuántos años son oprimidos? (vs.2-3)

DÉBORA LA PROFETIZA: LA 3º JUEZ DE ISRAEL
¿A quién levanta Dios como juez para liderar a Israel durante aquellos años de opresión? (vs.4-5)
“¡¡¿Una mujer juez y líder de Israel?!!”.
¡Sí, una mujer! Porque Dios no mira géneros, Dios mira corazones y escoge a quien Él quiere. Y esto va para todos aquellos líderes, pastores, esposos y novios que anulan a las mujeres y las tienen sentadas calentando bancos en la iglesia sin darles oportunidades ministeriales, ni espacios para que sirvan a Dios. Tenemos un montón de hombres machistas adentro de nuestras iglesias que en vez de valorar y alentar los dones y las capacidades de las mujeres, las anulan, las manipulan o las atemorizan para que no sirvan, para que no estudien, para que no se capaciten, para que no crezcan y se desarrollen, para que no ganen más dinero que ellos. Esos hombres “tan machotes” no son más que hombres miedosos del potencial de la mujer.

Guiada por Dios, ¿a quién manda a llamar Débora para enfrentar a Sísara, general del rey Jabín? (vs.6-7)

BARAC, EL “CASI MACHOTE”
¿Qué le responde Barac y qué revelación le da Débora? (vs.8-9)
¿Entiendes? ¡Barac arruga! ¡Se achica! ¡El machote arruga! Es escogido para una tarea espectacular, por revelación la batalla será suya, aplastará a su enemigo y liberará a Israel (vs.7), pero el tipo ¡se achica! ¡arruga! ¡hace pucherito! ¡Y sale corriendo a esconderse detrás de las polleras de Débora!
Entonces Débora, sin pelos en la lengua (como la mayoría de las mujeres) se la hace recorta: “Por miedoso, por dudar, por tu falta de valor, no será tuya la gloria de la victoria, sino de una mujer”.
Y esta dura palabra hacia Barac también incluía a los restantes hombres de Israel que por su desobediencia, su falta de fe y su falta de determinación espiritual, dejaron al pueblo y a sus familias sin liderazgo, entonces Dios tuvo que levantar mujeres para liberar a Israel.

¿Y entonces, qué sucede? (vs.10-16)
“¡Levántate macho y sal a pelear porque Dios está contigo!”. Basta de rascarte el pupo, basta de perder tiempo inútilmente, basta de poner excusas, basta de dar lástima, basta de estar echado lamentándote por tu situación. Si eres tan macho para transarte a tus amigas, si eres tan hombre para tomar alcohol, entonces sé hombre para estudiar, sé hombre para trabajar, sé hombre para buscar a Dios, congregar y servirle. Sé hombre para perdonar, respetar, amar y cuidar. ¡¡Sé hombre!!

JAEL, UNA CHICA DETERMINADA.
Sísara, general del ejercito de Jabin, huye, pero ¿en manos de quién cae y qué sucede con él? (vs.17-22)
¡¡Aaaahhhh buueeeehh!! ¡Pesada esta chica! ¡Pero vale la pena! No, no busques una novia que te atraviese el cráneo con una estaca, pero sí busca una novia determinada, jugada, con sus convicciones bien firmes, y ámala.

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Jueces.

Por Edgardo Tosoni