Pasaje bíblico: Daniel 1:1-4.
¡¡Hola!! Bienvenidos/as a la apasionante historia de Daniel y sus amigos. Te garantizo que los próximos acontecimientos te mantendrán pegado a la Biblia de principio a fin. Prepara sandwichs, gaseosas, y gotitas para lubricar los ojos, porque no podrás dejar de leer hasta que acabe la historia…
Sin más que decir… ¡Empecemos!
EN EL REINADO DE JOACIM…
¿Qué sucede durante el 3º año del reinado de Joacim, rey de Judá? (vs.1)
¿Y quién es este Joacim que duró taaaaaannn poco en su reinado?
Joacim (también conocido entre la muchachada como Joaquim o Eliaquim), fue uno de los hijos del rey Josías. A la muerte de su padre, ocupó el trono de Judá (recuerda que hacía muchísimo tiempo que Israel se había dividido en el Reino del Norte y el Reino del Sur, conocido como Judá), pero fue un rey tan desastroso, tan pésimo, que duró muuuuuuuyyy poco en su reinado. Su historia concluye en el año 605 antes de Cristo, aplastado por los generales del poderosísimo rey Nabucodonosor.
Esta fue la primera conquista de Babilonia sobre los reyes de Judá, donde Daniel y sus amigos son llevados en cautiverio. Años después, Babilonia, arrasaría definitivamente con el Reino del Sur.
Si quieres saber más acerca del fugaz reinado de Joacim, lee “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 2º Reyes. Día 29”.
¿Quién lo entrega a Joacim en manos de Nabucodonosor? (vs.2)
¡Exacto! ¡El Señor lo entregó! Otras versiones dicen: “El Señor lo permitió” o “el Señor le dio la victoria sobre el rey Joacim”. Y esto me lleva a pensar en varias cosas importantes:
Todo lo que tenemos viene de Dios. Autoridad, liderazgo, ministerios, bendiciones, negocios, dinero, familia, etc… Y sino lo cuidamos, sino lo administramos inteligentemente, si hacemos desastres (como Joacim) lo perdemos. Y así como te fue dado, te será quitado.
Detrás de todos los acontecimientos naturales, sociales, culturales, políticos o pandémicos (escribo esto en medio de la cuarentena por el coronavirus) está en ejecución la soberanía de Dios. Por medio de lo que vivimos cada día, Dios llama nuestra atención, nos prueba, nos disciplina, nos corrige, nos advierte, nos enseña… pero nunca jamás nos abandona. Nunca deja de amarnos. Y si reconocemos nuestros pecados (algo que Joacim no hizo), si nos arrepentimos y lo buscamos, Él vendrá a librarnos.
¿Quiénes más sufren las consecuencias del pecado de Joacim? (vs.3)
“Pecó Joacim, ¡qué pague Joacim! Es lógico, ¿no?”.
Sí, es lógico, pero la realidad es que las consecuencias del pecado y de la falta de arrepentimiento de quien lidera, afecta y alcanza a todos los que están debajo de él.
Cuando los padres tomamos malas decisiones espirituales, económicas o de pareja, afectamos a nuestros hijos (que no tienen nada que ver).
Cuando los presidentes y gobernadores toman malas decisiones, o decisiones perversas (como legalizar el aborto, por ejemplo), afectan a toda la nación sobre la que gobiernan.
Cuando los pastores y líderes tienen conductas negativas o fuera de la voluntad de Dios, perjudican a toda la iglesia. Siempre es así.
Sin embargo, aún en medio del error, del pecado y de la oscuridad, Dios lleva adelante sus propósitos… (ya lo entenderás más adelante).
El pecado de Joacim y su desastroso reinado, más el desastroso reinado de otros reyes de Judá, provocaron la cautividad para todo el pueblo.
LO MEJOR DE LO MEJOR
¿A qué muchachos judíos, traídos en cautividad, escoge el rey de Babilonia? ¿Qué cualidades tenían que tener? (vs.4)
Nabucodonosor no era ningún tonto. Aún de los cautivos, él quería lo mejor de lo mejor. Los mejores recursos humanos serían propiedad del rey.
Tu compromiso con Dios es lo MÁS importante, tu corazón para él, tu amor por el Señor. Pero no te puedes quedar solo ahí… tienes que crecer aún más. Tienes que estudiar, tienes que capacitarte, tienes que obtener títulos y certificarte. Como crece tu espíritu en revelación de Dios, en búsqueda de Dios, también tiene que crecer tu cabeza en nuevos conocimientos, nuevas técnicas, nuevos aprendizajes. Sirve a Dios con lo mejor que eres y con lo mejor que tengas… pero si puedes seguir creciendo, ¡no te detengas!
Piensa…
¿En qué tienes que mejorar? ¿Carácter? ¿Puntualidad? ¿Responsabilidad? ¿Compromiso? ¿Confiabilidad? ¿Asertividad?
¿En qué tienes que mejorar? ¿Preparación intelectual? ¿Especialización laboral o profesional? ¿Formación ministerial?
¿En qué tienes que mejorar? ¿Habilidades sociales? ¿Comunicación?
Extracto del libro Desafíos PJA Daniel
Por Edgardo Tosoni
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