Pasaje Clave: Esdras 3:8-13

Un año y medio después de haber reconstruido el altar, ¿qué comienzan a reconstruir? (vs.8)
¡Exacto! Tenían altar pero les faltaba Casa. Y como dijimos ayer, la Casa es habitación, es morada de Dios, es la presencia de Dios en medio del pueblo. El Dios del universo eligió “habitar” en un templo humano. No necesitaba un templo, no le hacía falta, pero sí lo necesitaban las personas para sentirse más cerca de Él. Y hoy, ¿cuál es el templo en el que Dios habita?
Hoy, la Casa, es la iglesia. Y la iglesia no es el salón de reuniones ni el edificio, la iglesia somos las personas que fuimos perdonadas y salvadas por Jesús. Tú y yo somos iglesia y Dios habita en medio de la comunión que tenemos unos con los otros. Pero hay una segunda Casa: tu vida, tu cuerpo, tu espíritu, también es Casa donde habita el Espíritu Santo de Dios.

¿Quiénes lideran la reconstrucción del templo (la Casa)? (vs.8-9)
Zorobabel (vs.8): Su nombre significa “nacido en Babilonia”. Si nos guiamos por el significado de su nombre podemos deducir que él fue uno de los tantos judíos que nacieron y crecieron en la cautividad babilónica. Aún así, nunca renunció a su fe ni a su identidad como parte del pueblo de Dios.
Jesúa y sus hijos (vs.8): Su nombre significa “Él salvará”. Era el sumo sacerdote en aquel tiempo.
Cadmiel y sus hijos (vs.9): Ellos pertenecían a la tribu de Judá.
Henadad y sus hijos (vs.9). Ellos pertenecían a la tribu de Leví.

Indudablemente no eran los únicos “jefes de familia” y líderes, pero probablemente fueran los más renombrados y reconocidos.

¿Qué responsabilidad se les asignó a los levitas mayores de 20 años? (vs.8)
Me gusta la palabra utilizada por la versión Rv60: “para que activasen la obra…” y en el vs.9 dice: “para activar a los que hacían la obra…”.
Ellos estaban ¡activados! sirviendo a Dios. No había lugar para la pereza, ni la comodidad, ni las rivalidades ministeriales, ni los celos. Todos unidos, con un mismo propósito y un mismo objetivo estaban a full para que la obra de reconstrucción de la Casa de Dios avanzara.
¡Actívate! ¡Basta de perezas! ¡Basta de estar echado/a sin hacer nada útil!
¡Actívate! ¡Sirve! ¡Participa! ¡Involúcrate sirviendo a Dios! ¡Te necesitan!

¡Deja de ser un “espectador” que mira desde lejos, opina desde lejos y muchas veces critica desde lejos, pero no hace nada de nada!
¡Actívate! ¡Sirve a Dios! ¡Tus dones son necesarios! ¡Tu experiencia, tus conocimientos, tus habilidades y talentos! ¡Bendice a los demás con lo que Dios te ha dado! No se trata de “puestos”, “títulos” o “cargos”, se trata de amar a Dios y a las personas. Se trata de hacer aquello que Dios quiere que hagas… ¡aunque nunca nadie te reconozca, ni te ofrezcan un “cargo o título” ministerial! ¡Se trata de ser reconocidos y sostenidos por Dios!

EDIFICAR LA CASA 2: COLOCAR CIMIENTOS
¿Por dónde comienzan a edificar los constructores? (vs.10)
Consejo muuuuuyyyyy obvio: si quieres construir, primero prepárate y coloca buenos y sólidos cimientos. Eres Casa de Dios.
1. ¿Quieres construir una vida espiritual sólida? Entonces coloca primero los cimientos: oración, meditación en la Palabra, búsqueda diaria de Dios, renuncia a tus pecados, elige la santidad en todas las cosas de tu vida.

2. ¿Quieres construir un carácter sólido? Aprende los principios y valores de la Palabra de Dios y vive según ellos. Todo comienza por los cimientos…

3. ¿Quieres construir una profesión o un negocio exitoso? Prepárate, estudia, capacítate, sé responsable, deja la pereza y enfócate. Aprende de los que más saben, habla con negociantes exitosos, escucha sus consejos, ahorra dinero e invierte inteligentemente.

4. ¿Quieres construir un noviazgo exitoso? Prepárate, madura, corrige los problemas de tu carácter, aprende a perdonar, aprende a comunicar y expresar sanamente tus emociones y sentimientos, valora y ama. Será también la base para una familia exitosa.

5. ¿Quieres construir un servicio a Dios exitoso? Prepárate, ten disposición, muestra una excelente actitud, deja las excusas, aprovecha las oportunidades y sirve por amor a Dios y a los demás.

¿Cómo reacciona el pueblo cuando los cimientos son colocados y comienza la obra en construcción? (vs.11-13)
¡Woooowww! Ellos dieron gritos de gozo, clamores de victoria, y fue un sonido tan fuerte que no podía ser ignorado. Así expresaba el pueblo sus emociones, y en ellos se mezclaban la alabanza con el llanto, las lágrimas con el júbilo y la alegría, los recuerdos con las nuevas esperanzas.

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Esdras”

Por Edgardo Tosoni

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